viernes, 20 de diciembre de 2019

Vasubandhu: Tratado sobre la generación de la mente de la Iluminación. (Bodhicittopada Shastra) Cap.11 Características de la vacuidad.


A)     Pasaje introductorio tomado de las escrituras.
Cierta vez, hace mucho tiempo, el Buda estaba residiendo en el bosque de bambú de Karanda Veruvana, junto con toda la gran asamblea, la cual estaba reunida junta, conformando una multitud incontable. En aquel tiempo, puesto que el Bhagavan estaba explicando secuencialmente el buen Dharma, dijo a todos en la gran asamblea:
“Los fenómenos proclamados por el Tathagata carecen todos de existencia inherente, son vacíos, y dentro de ellos no hay nada que exista.”
1.      Explicación del concepto de  “vacuidad” y “carencia de signos.”
Esto es algo en lo cual todos los habitantes del mundo encuentran dificultad para creerlo, o para comprenderlo. ¿Cómo es esto? Con respecto al agregado de la forma, no hay ningún estado de existencia atado, ni ningún estado de existencia liberado. Las sensaciones, percepciones, las formaciones kármicas, y la consciencia también son así, pues en ellas no hay ningún estado de existencia atado, ni ningún estado de existencia liberado.
La forma está carente de todo signo característico, y existe aparte de todo signo característico. Las sensaciones, percepciones, formaciones kármicas, y consciencia, igualmente, están carentes de todo signo característico, y existen aparte de todo signo característico.
La forma está carente de todo pensamiento imputando su existencia, y existe aparte de todo pensamiento. Las sensaciones, percepciones, formaciones kármicas, y consciencia, igualmente, están carentes de todo pensamiento imputando su existencia, y existen aparte de todo pensamiento.
Lo mismo es verdad para el ojo y las formas visuales, para el oído y los sonidos, la nariz y los olores, la lengua y los sabores, el cuerpo y lo tangible, y la mente y los objetos de la mente.
No hay aprehensión, y no hay abandono. No hay pureza, y no hay impureza. No hay ir, y no hay venir. No hay “mirar hacia”, no hay “volverse”. No hay oscuridad, y no hay claridad. No hay engaño, y no hay sabiduría. Ni tampoco se da el caso de que exista “esta orilla”, ni ninguna “otra orilla”, ni “permanecer en la corriente del rio del sufrimiento”. Esto es lo que significa “no existencia de ningún estado de existencia atado.”
Porque en estos fenómenos no hay ningún estado de existencia atado, son vacíos de toda existencia inherente. “Vacuidad de existencia inherente” es una referencia a la “carencia de signos.” E incluso la “carencia de signos” es vacía. Esto es lo que quiere decirse por “vacuidad.”
La “vacuidad” es también una referencia a la ausencia de todo pensamiento imputando existencia. La ausencia de todo pensamiento imputando existencia, también es vacío. Esto también es lo que quiere decirse por “vacuidad.”
Todo pensamiento concibiendo la “vacuidad” es vacío. Esto también es lo que quiere decirse  por “vacuidad.”
En la vacuidad, no existe el bien ni el mal, y demás; hasta el punto de que tampoco existe ningún signo característico de la vacuidad.
Es sobre la base de esto que uno habla de “vacuidad.” Si un bodhisatva conoce la naturaleza de los agregados, las facultades de los sentidos, y las esferas de los sentidos de esta forma, él inmediatamente evita caer en cualquier tipo de aferramiento. Esto es lo que lo cualifica como “paciente con respecto a los fenómenos.”
Puesto que el bodhisatva ha realizado este tipo de paciencia, es capaz de desarrollar esa paciencia auténtica que es ganada en el momento en el que recibe su predicción de la futura budeidad.
2.      Una analogía comprensible.
Hijos del Buda, utilizando una analogía: suponed que hubiera un bodhisatva que, mirando hacia arriba, se pone a escribir en el cielo semejante al espacio vacío, y entonces pone por escrito todas las doce categorías de las enseñanzas expuestas por el Tathagata. Suponed entonces que pasaron incontables eones en los que el Dharma del Buda estaba tan completamente desaparecido que las personas que buscaban el Dharma no encontraban ningún vestigio de él, que pudiera ser visto o escuchado.
Suponed entonces que los seres llegaron a estar tan afectados por las visiones invertidas, que crearon una cantidad ilimitada de mal karma, cuando allí llegó un hombre sabio que provenía de otra región, y quien sintiendo pena de esos seres, buscó por todas partes el Dharma del Buda. Después, suponed que, habiendo viajado a este lugar, él observó las palabras escritas en el cielo, y dándose cuenta de que la escritura de esos textos era particularmente clara, las entendió inmediatamente, las estudió, las recitó, las preservó, las cultivó de acuerdo a la forma en la que fue enseñado, las expuso ampliamente, hizo distinciones detalladas atendiendo a su significado, y haciéndolo de tal forma que así benefició a esos seres.
Y con respecto a estos escritos en el cielo vacío, y a esta persona que reconoció las palabras escritas en el cielo semejante al espacio, ¿Pueden esas cosas ser concebidas o descritas? Y sin embargo tuvo éxito en proclamar esas enseñanzas, difundirlas, cultivarlas, preservarlas, utilizarlas para guiar a los seres, y usarlas para inducir a los seres a abandonar los grilletes que los tenían aprisionados.
Hijos del Buda, el Tathagata ha dicho que en ese tiempo del pasado, él buscó el sendero hacia la Iluminación y tuvo éxito en encontrar a los Budas, en un número de treinta y cinco mil kotis, más noventa y nueve mil. Durante ese tiempo, siempre era un rey sabio que giraba la rueda del Dharma[1], quien utilizaba todas las formas de causas para propiciar la felicidad, haciendo ofrendas a esos Budas y a las asambleas de sus discípulos. No obstante, puesto que mantuvo el concepto de algo que pudiera ser ganado, él no tuvo entonces éxito en recibir la predicción de su futura iluminación,
Subsecuentemente, él encontró posteriormente ochenta y cuatro mil kotis, más noventa mil Realizadores Solitarios. En este caso, el también hizo ofrendas de los cuatro requisitos hasta el fin de cada una de sus vidas.
Después de que esto hubiera pasado, posteriormente el encontró a seis millones doscientos uno mil doscientos sesenta y un Budas. A lo largo de ese tiempo, en todos los casos fue un rey que giraba la rueda del Dharma, y quien utilizaba todas formas de causas para propiciar la felicidad, haciendo ofrendas. Después de que cada uno de los Budas hubo entrado en el Parinirvana, él erigió estupas hechas de las siete substancias preciosas, he hizo ofrendas a sus reliquias. Entonces, siempre que el próximo Buda se manifestó en el mundo, él le daba respetuosamente la bienvenida, y animándolo, le pedía que girara la Rueda del buen Dharma. Con este mismo espíritu, continuó haciendo ofrendas a cientos de miles de miríadas de kotis de Budas.
Todos estos Tathagatas, incluso en el medio de los fenómenos vacíos, describieron los signos característicos de los fenómenos. Debido a mantener el concepto de algo que puede ser ganado, durante todo ese tiempo él fue incapaz de recibir la predicción de su futura budeidad. Así continuó, de la misma manera, hasta que encontró al Buda Lámpara Ardiendo, durante el tiempo en el que ese Buda floreció en el mundo. El encontró al Buda, escuchó el Dharma, y entonces rápidamente realizó la paciente aceptación de la no verdadera producción de los fenómenos. Después de haber realizado esta paciencia, entonces tuvo éxito en recibir la predicción de su futura budeidad.
El Tathagata Lámpara Ardiendo, incluso en medio de los fenómenos vacíos, describió los signos característicos de los fenómenos, llevó a la liberación a incontables cientos de miles de seres,  y sin embargo no hubo ninguna palabra que hubiera pronunciado, ni tampoco nadie que hubiera sido llevado a la Iluminación.
Cuando el Tathagata Sakyamuni apareció y floreció en el mundo, incluso en medio de los fenómenos vacíos, el habló de la existencia del leguaje y de las palabras, y por ello reveló las enseñanzas, benefició y deleitó a los seres, e hizo que esas enseñanzas fueran universalmente aceptadas y practicadas. Aún así, no hubo nada que fuera revelado; ni existió nadie que hubiera aceptado y practicado esas enseñanzas. Ambos, la naturaleza y los signos característicos, en aquel tiempo, estaban todos ellos vacíos de existencia inherente. Y también era así la persona que los reconocía como vacíos de existencia inherente. La persona que los explicaba también era vacía. Y también lo era cualquiera que los comprendiera como vacíos.
A partir de su origen, todos ellos eran vacíos. Así, también son vacíos en el futuro, y también lo son en el presente. Pero aún así, los bodhisatvas continúan acumulando las miríadas de clases de raíces de virtud, y esto debido al poder de su destreza en los medios. Ellos permanecen intensamente diligentes, sin cesar en sus acumulaciones de mérito y en su progresión hacia la realización de la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación.
Este es un comportamiento extremadamente difícil, el cual es inconcebible e indescriptible. Incluso en medio de los fenómenos no existentes, allí continúa estando la descripción de los signos característicos de los fenómenos. Incluso en el medio de donde no hay nada que sea ganado, uno habla de la existencia de fenómenos asociados con la ganancia.
Las cuestiones de este tipo son del dominio exclusivo de los Budas quienes, cuando emplean su sabiduría incalculablemente vasta, son los únicos capaces de comprenderlas. Esto no es algo que pueda conocerse solamente a través del pensamiento contemplativo.
B)     La paciencia basada en la fe, y su papel en la realización de los frutos del sendero.
El bodhisatva que ha generado hace poco el pensamiento de la Iluminación,  venera la Iluminación, le gusta, y se deleita en ella. Basado en su fe en los Sutras del Buda, gradualmente llega a ser capaz de tener éxito en obtener la entrada en ella.
¿Qué quiere decirse por “fe”? Equipado con la fe, cuando uno contempla las cuatro verdades, entonces uno comienza a eliminar las aflicciones, las visiones falsas, y los grilletes, y entonces finalmente tiene éxito al conseguir el estado de Arhat. Equipado con la fe, cuando uno contempla las doce causas y condiciones[2], uno comienza a eliminar la ignorancia que produce las acciones, y entonces finalmente tiene éxito al conseguir el estado de un Realizador Solitario. Equipado con la fe, cuando uno cultiva los cuatro inmensurables y las seis perfecciones, uno finalmente tiene éxito al conseguir la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación. Esto es lo que se conoce como “paciencia enraizada en la fe.”
C)     La paciencia basada en la aceptación, desde el conocimiento parcial de la no existencia inherente.
A través de los tiempos, ellos han discurrido en un ciclo de nacimientos y muertes sin principio, entonces se han agarrado a las características de los fenómenos, han llegado a estar apegados, y han dejado de percibir la naturaleza (verdadera) de los fenómenos.
Primero, uno debería de contemplar analíticamente a su propia persona, como estando constituida por los cinco agregados, los cuales son falsamente designados como constituyendo un “ser.” Aquí no hay nada de ningún tipo que esté constituyendo un “ser”, y nadie en absoluto constituyendo un “ser.”
¿Entonces como es esto? Si realmente hay un ser, entonces este ser debería de existir de forma soberanamente independiente. Sin embargo, los seres están constantemente acosados y lastimados por el nacimiento, la vejez, enfermedad, y la muerte, y por eso no pueden ser soberanamente independientes.
Uno debería de realizar que no existe un “yo.” La ausencia de un “yo” supone también que no existe ningún agente en la acción. No solo no hay agente de las acciones, sino que tampoco hay nadie que reciba las experiencias. La naturaleza de los fenómenos es pura, acorde con la realidad, y permanece constantemente.
Cuando uno contempla analíticamente de esta forma, pero aún no ha sido capaz de llevar esas contemplaciones a su punto final más último, esto es lo que es conocido como “paciencia basada en la aceptación.”
D)     La paciencia suprema gracias a la paciencia basada en la fe, y la paciencia basada en la aceptación.
Después de que el bodhisatva ha cultivado ambas, la paciencia basada en la fe, y la paciencia basada en la aceptación, no pasará mucho antes de que también tenga éxito en realizar la forma más superior de paciencia con respecto a los fenómenos.




[1] Rey Chakravartin, un monarca universal.
[2] Los doce vínculos de la generación dependiente.

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