lunes, 14 de agosto de 2017

Kumarajiva: Biografía del Bodhisatva Ashvaghosa.


Catálogo Taisho, Volumen 50, nº 2046.

Traducido al chino por el maestro de las Tres Cestas[1], Kumarajiva, de Kuchan, durante la última dinastía Quin (384-417).


El Gran Maestro, el Bodhisatva Ashvaghosa, fue el discípulo del Anciano Pārsva.

Cierta vez, el Anciano Pārsva estaba profundamente preocupado por la suerte de la doctrina del Buda[2]. Entonces, él entró en una profunda absorción meditativa[3], y contempló: “¿Quién puede soportar la carga de la renuncia a la vida en familia, proclamar ampliamente el Sendero de la Perfección, e iluminar a los seres?”
El vio que en India Central había un asceta herético que poseía una inteligencia fuera de lo común, que era elocuente, y que estaba lleno de conocimiento mundano. El sobresalía en el arte del debate, hasta el punto de que anunció: “Si algún monje[4] es capaz de debatir conmigo, que golpee haciendo sonar la campana[5]. Si no hay nadie capaz de hacerlo, entonces la campana no debería de ser sonada en público; y nadie es digno de recibir las ofrendas de la gente.”

Entonces, el Anciano Pārsva partió desde el norte de India en su camino hacia India Central. En la ciudad de Sakya encontró a un grupo de ascetas a lo largo de la carretera. Ellos se mofaron de él diciendo: “¡Venerable Anciano, entréganos tus las sandalias!”, pues uno de  los ascetas no las llevaba. Sin ninguna razón, ellos lo acosaban incesantemente, y de diversas formas. Pero el Anciano Pārsva no se alteró, y no perdió su calma.
Uno de los ascetas que estaba bien entrenado reconoció la amplitud del discernimiento del Anciano Pārsva, y sospechó que no era una persona ordinaria. Él le hizo muchas preguntas, examinando cuidadosamente su semblante. El Anciano Pārsva le contestó a cada una de las preguntas de forma acorde y exhaustiva, siguiendo en su camino de forma ininterrumpida, y sin perder un solo paso. Su contenido y su comportamiento eran profundos y vastos; el no permanecía confinado en lo cercano y estrecho. Todos los ascetas llegaron a darse cuenta de que la virtud del Anciano Pārsva era ilimitada y profunda, imposible de sondear. Ellos le rindieron homenaje doble, y le ofrecieron sus servicios antes de despedirse.

Acto seguido, por medio de sus poderes sobrenaturales, Pārsva se elevó hacia el cielo y se dirigió hacia India Central. Cuando llegó, paró en un templo y preguntó a los monjes que allí se encontraban: “¿Por qué no hacéis sonar la campana de acuerdo a la norma?”

Los monjes contestaron: “El Anciano Mahallaka tiene una razón para no hacerla sonar.”

“¿Cuál es la razón?” preguntó.

Ellos contestaron: “Hay un asceta herético[6] con un talento incomparable para el debate, y él ha ordenado que no sea hecha sonar públicamente la campana para recibir las ofrendas de la gente si no existen renunciantes budistas capaces de debatir con él. Por eso no la hacemos sonar.”

El Anciano Pārsva dijo: “Hacedla sonar como queráis. Si viene, yo me confrontaré con él.”

Los monjes de más edad pensaban que esta respuesta era algo disparatada, y dudaban sobre qué hacer. Se reunieron para tratar el tema, diciendo: “Cuando sea el momento, hagamos sonar la campana. Si viene el herético, nosotros le diremos a este Anciano que la responsabilidad es enteramente suya.”

Así pues, ellos hicieron sonar la campana; y el herético vino a preguntar la razón de ello.

“¿Cuáles son las causas de que hayáis hecho sonar la campana hoy?”

“Hay una asceta anciano venido del norte, y ha hecho sonar la campana. No hemos sido nosotros,” respondieron.

El herético dijo: “Decidle que salga.”

Entonces, el Anciano Pārsva salió, y los dos se observaron uno a otro. El herético preguntó: “¿Quieres debatir conmigo?”

El Anciano Pārsva contestó: “Si.”

El herético lo ridiculizó diciendo: “¡La apariencia de este viejo monje no es más que mediocre, y su forma de hablar es la de una persona del montón! ¿Cómo puede pensar en debatir conmigo?”

Entonces ellos llegaron a un acuerdo por el cual pasados siete días, tendría lugar un debate al que estarían citados el rey, sus ministros más destacados, los ascetas, heréticos, y los grandes maestros del Dharma.

Durante la noche del sexto día, el Anciano Pārsva entró en una absorción meditativa profunda, y vio como debería de proceder. En el séptimo día, al romper el alba, la gran asamblea estaba congregada. El Anciano Pārsva fue el primero en llegar, y el ascendió a la elevada plataforma. La alegría y placidez en su semblante era el doble de la de un día normal. Entonces llegó el herético, y se situó frente a él. El percibió serenidad y  satisfacción en el monje, quien mostraba seguridad en su determinación. Todo él estaba perfectamente dotado con el carácter de un gran expositor.
El herético pensó: “¿Puede este monje ser realmente un sabio? Está tranquilo y seguro en su resolución, y parece bien preparado para el debate. Hoy habrá un excelente debate.”

Entonces, ellos llegaron a un acuerdo.

“¿Cómo debería de ser castigado el perdedor?”

El herético dijo: “Al perdedor se lo cortará la lengua.”
Ante ello, el Anciano Pārsva dijo: “Eso no será así. Para mí solo es un acuerdo aceptable si el perdedor se convierte en discípulo del otro.”

El herético respondió: “¡Que sea así!” y entonces preguntó: “¿Quién hablará primero?”

El Anciano Pārsva dijo: “Puesto que yo ya soy un hombre mayor, he venido de lejos, y he sido el primero en llegar y sentarme, parece razonable que yo sea el primero que hable.”

El herético dijo: “Me es indiferente. Todo lo que digas ahora lo refutaré completamente a continuación.”

Entonces el Anciano Pārsva comenzó a hablar: “El mundo debería de ser hecho un lugar pacífico, con un buen rey que viviera mucho tiempo, con cosechas abundantes, y con la alegría extendiéndose por toda la tierra, libre de toda la miríada de calamidades.”

Al no saber cómo responder, el herético permaneció en silencio. De acuerdo a las reglas del debate, la imposibilidad de réplica significaría la derrota. Así que él se sometió, y se convirtió en discípulo del Anciano Pārsva. Se afeitó la cabeza y la barba, y cruzó  a la otra orilla convirtiéndose en un asceta budista, y recibió los preceptos completos[7].

Más tarde, se sentó en un lugar solitario y pensó para sí mismo: “Soy un talento brillante, y mi conocimiento es muy amplio. Mi reputación inspira temor en todo el país. ¿Cómo pude ser llevado a la sumisión con una simple sentencia, y haber tenido que convertirme en el discípulo de otro?”

Al surgir estos pensamientos en su mente, nació el descontento. Su maestro supo que estos pensamientos rondaban en su mente, y le ordenó que entrara en su habitación para revelarle las bases del poder espiritual[8]; por medio de las cuales el experimentó una multitud de transformaciones. Así el llegó a saber que su maestro era un monje extraordinario, y se sometió alegremente, pensando: “Sin duda que ha sido una circunstancia extremadamente feliz el haber llegado a convertirme en el discípulo de este hombre.”

Entonces su maestro le dijo: “Si tu no cambias tu forma de ver las cosas, nunca serás verdaderamente perfecto. Si estudias el Dharma que yo he realizado, tú obtendrás las cinco raíces, los cinco poderes, los siete factores de la Iluminación, y el Noble Sendero Óctuple[9]. Tú llegarás a ser talentoso en el debate, dotado de profundidad y de penetración. Examinando claramente los principios importantes, no tendrás rival en el mundo entero.”

Entonces el maestro retornó al lugar del que había venido, y el discípulo permaneció en India Central.

Con el tiempo, el discípulo del Anciano Pārsva logró un amplio conocimiento de todo el ámbito de las escrituras, comprendiendo perfectamente los principios de las escuelas budistas y no budistas. Su habilidad como expositor no conocía rival, y todos los cuatro grupos de discípulos del Buda[10] lo reverenciaban y se sometían a él. 

El rey de India Central lo valoraba mucho, y lo tenía en gran estima. Más tarde, el rey del Imperio Kusana, en el norte de India, asedió India Central, rodeando el reino, y manteniendo una vigilancia prolongada sobre él. El rey de India Central envió un emisario para preguntar, que dijo: “Nosotros te daremos lo que nos requieras. ¿Por qué ha de sufrir el pueblo, y ha de estar temeroso por tu prolongada presencia?”

El rey Kusana respondió: “Si queréis rendiros, dadme trescientas mil piezas de oro, y os perdonaré.”

El rey de India Central respondió: “La riqueza de mi reino no alcanza ni siquiera las cien mil piezas de oro, ¿Cómo podría ser posible que yo reuniera trescientas mil piezas de oro?”

El rey Kusana replicó: “Dentro de tu reino hay dos grandes tesoros. Uno es el bol de limosnas que perteneció al Buda, y el otro es un monje que posee un talento extraordinario como expositor. Dame esos para mí, y consideraré que valen doscientas mil piezas de oro.”

El rey de India Central contestó: “Esos dos tesoros son muy preciosos para mí; no puedo deshacerme de ellos.”

Después de esto, el monje expuso el Dharma para el rey, diciendo: “Aquel que Ilumina a los seres es incomparable en el mundo. El Sendero del Buda es inmensamente profundo, y su principio es la salvación universal. Indudablemente, la habilidad para salvar a los seres es la virtud más destacada de todas las que posee un hombre grande. Las enseñanzas en este mundo presentan muchas dificultades, y un rey solo puede iluminar a un reino. Pero ahora tú puedes proclamar ampliamente el Sendero del Buda, y llegar a ser un rey del Dharma a través de los cuatro mares. Que un monje salve a los seres humanos, es normal, pues su obligación moral prohíbe cualquier otro comportamiento. Cuando el corazón de uno está lleno del deseo de beneficiar, en verdad no existe lo cercano o lejano. Así pues, uno debería de tener una visión amplia, y no quedarse solo con lo que está ante sus ojos.”

El rey siempre había apreciado mucho las palabras del monje, así que las aceptó reverentemente, y ofreció al monje y al bol de mendigar del Buda al rey de Kusana. Entonces, el rey de Kusana retornó  a su reino, y allí sus ministros le advirtieron, diciendo: “Es ciertamente adecuado para el rey que él reciba el bol de mendigar del Buda; sin embargo, este monje es como cualquier otro en el mundo. Con total seguridad, cien piezas de oro son más de lo que él vale.”

El rey era consciente de que la sabiduría del monje era sobresaliente y penetrante, y de que su guía sería de un inmenso y profundo beneficio. Su habilidad como maestro y como predicador del Dharma era tal que era capaz de influenciar incluso a los seres no humanos.
Queriendo eliminar las dudas de sus ministros, el rey ordenó que siete caballos fueran dejados sin comer durante seis días. Al alborear del sexto día, el rey reunió a los ascetas de las distintas escuelas de las cercanías y de los lugares más lejanos, y pidió al monje que expusiera el Dharma. De todos aquellos que lo oyeron hablar, ninguno dejo de iluminarse. Entonces el rey hizo que los caballos fueran atados con una cuerda en medio de la asamblea, y les dio yerba. Los caballos eran muy aficionados a una yerba llamada plavana, así que les dio yerba plavana. Conforme los caballos empezaron a oír el Dharma, rompieron a llorar, y ni siquiera consideraron comer durante un instante. Y así, a través de todo el país se supo que indudablemente ese monje era realmente un hombre extraordinario.
Debido que los caballos fueron capaces de entender sus palabras, el fue llamado el Bodhisatva Llanto de Caballo[11]. El proclamó ampliamente el Dharma del Buda por todo el norte de India, guiando y beneficiando a todas clases de seres a través de su diestra utilización de los medios hábiles, y perfeccionando en otros los méritos y virtudes. Los cuatro grupos de discípulos del Buda lo tenían en la más alta estima, y lo trataban con un gran respeto. También le llamaban “Sol de mérito y virtud.”




Traducido al castellano por el ignorante y falto de devoción, upasaka Losang Gyatso. Editado a 06/08/2017.




[1] Tripitaka.
[2] Budhadharma.
[3] Samadhi.
[4] Bhiksu.
[5] Ghantā.
[6] Tirthika.
[7] Upasampadā.
[8] Las cuatro bases del poder espiritual: 1) el deseo de sobresalir en meditación; 2) el esfuerzo hecho para sobresalir en meditación; 3) el poder de concentración de la mente; y 4) el poder de la meditación analítica.
[9] Junto con las cuatro bases del poder espiritual, los cuatro fundamentos de la atención, y los cuatro esfuerzos correctos conforman las treinta y siete ayudas para la Iluminación.
[10] Monjes, monjas, laicos, y laicas.
[11] Ashvaghosa

jueves, 10 de agosto de 2017

Ashvaghosa:El Tratado llamado Despertando la fe en el Mahayana. Capítulo Tres

Capítulo Tres: Análisis de los tipos de aspiración a la Iluminación, o el significado de “Yana”.

Todos los bodhisatvas aspiran a lograr la Iluminación realizada por los Budas, disciplinándose para alcanzar este fin, y avanzando hacia él. Resumiendo, existen tres tipos de aspiración a la Iluminación: 1) el primero es la aspiración a la Iluminación a través de la perfección de la fe; 2) el segundo es la aspiración a la Iluminación a través de la comprensión y las acciones; y 3) el tercero es la aspiración a la Iluminación a través de la visión penetrante.


I-                   La aspiración a la Iluminación por medio de la perfección de la fe.

Pregunta: ¿Por quienes, y a través de qué clase de entrenamiento puede ser perfeccionada la fe, de modo que pueda ser desarrollada la aspiración a la Iluminación?

Respuesta: Entre aquellos que pertenecen al grupo de los que carecen de determinación, existen algunos que, en virtud de su capacidad excelente para la bondad, desarrollada a través de la impregnación, creen en la ley de la retribución de las acciones cometidas y observan las diez acciones virtuosas[1]. Ellos aborrecen el sufrimiento de la existencia cíclica, y desean buscar la Iluminación Suprema. Tras haber sido capaces de encontrar a los Budas, ellos los sirven, los honran, y practican la fe. Su fe será perfeccionada tras diez mil eones. Su aspiración hacia la Iluminación será desarrollada, bien a través de la instrucción de los Budas y bodhisattvas, o debido a su gran compasión hacia el sufrimiento de todos sus amigos los seres, o debido a su deseo de preservar al buen Dharma de la extinción. Aquellos que son capaces de desarrollar de esta manera su aspiración a la Iluminación a través de la perfección de la fe entrarán en el grupo de aquellos con determinación, y ya no retrocederán nunca. Son llamados “aquellos que están unidos con la causa correcta para la Iluminación”, y permanecen entre aquellos que pertenecen a la familia del Tathagata.
Sin embargo, existe gente entre aquellos que pertenecen al grupo de los que no poseen determinación, cuya capacidad para la bondad es débil, y cuyas impurezas, tras haber sido acumuladas desde un pasado remoto, están profundamente enraizadas. Aunque ellos también pueden encontrar a los Budas y honrarlos, ellos solo desarrollarán la potencialidad de nacer como humanos, o como moradores de los cielos, o como seguidores del Hinayana. Incluso si ellos llegaran a montar en el Mahayana, a veces progresarían y a veces retrocederían debido a la naturaleza inconsistente de su capacidad. También existen algunos que honran a los Budas y quienes, tras haber transcurrido diez mil eones, desarrollarán una aspiración debido a algunas circunstancias favorables. Estas circunstancias pueden ser: la visión de las formas corporales de los Budas, el honrar a los monjes, recibir instrucciones de los seguidores del Hinayana, o la imitación de las aspiraciones de otros. Pero todos estos tipos de aspiración son inconsistentes, puesto que si aquellos que las tienen se encuentran con circunstancias desfavorables, ellos recaerán y volverán a caer en el estado de logro de los seguidores el Hinayana.
Ahora, ¿Tras desarrollar la aspiración a la Iluminación a través de la perfección de la fe, qué clase de mente es desarrollada? En resumen, puede hablarse de tres clases:
1)      La primera es la mente caracterizada por la honradez, pues medita correctamente en el principio de la Talidad;
2)      La segunda es la mente de profundidad, pues no hay límite para su acumulación gozosa de toda clase de acto virtuoso.
3)      La tercera es la mente llena de gran compasión, pues desea erradicar los sufrimientos de todos los seres.

Pregunta: antes se ha explicado que el Reino de la Realidad es uno, y que la esencia de los Budas es no dual; ¿Por qué es que la gente no medita en la Talidad por su propia identidad con ella, sino que tiene que aprender a realizar acciones virtuosas?

Respuesta: del mismo en que una joya preciosa es brillante y pura en su esencia, pero está empañada por las impurezas, así sucede con el ser humano. Incluso aunque medite en su naturaleza preciosa, a no ser que la pula utilizando diversos medios hábiles, nunca será capaz de purificarla. El principio de Talidad dentro de los hombres es absolutamente puro en su naturaleza esencial, pero está cubierto con las inmensurables impurezas de los oscurecimientos. Incluso aunque un hombre medite en la Talidad, a menos que él haga un esfuerzo para ser permeado por ella de diversas formas utilizando los medios hábiles, ciertamente él no podrá llegar a ser puro.
Puesto que el estado de impureza es ilimitado e interpenetra todos los estados de existencia, es necesario aplicar los antídotos y purificarlos por medio de la práctica de todas las clases de acciones virtuosas. Si un hombre hace eso, él retornará naturalmente al principio de Talidad.
Con respecto a los medios hábiles, resumiendo, son de cuatro tipos:
·         El primero es ser el medio fundamental que ha de ser practicado: es decir, que un hombre medita en el hecho de que todas las cosas en su naturaleza esencial son no nacidas, separándose de las visiones erróneas, de forma que él ya no permanece en la existencia cíclica. Al mismo tiempo, el medita en el hecho de que todos los fenómenos son los productos de la unión de la causa primaria y de las causas concurrentes o condiciones, y en el hecho de que los efectos de las acciones no se pierden nunca.
De forma acorde, el desarrolla la gran compasión, practica todas las acciones virtuosas, y acepta y transforma a los seres con ecuanimidad, sin entrar en el nirvana, pues él está conforme a las funciones de la naturaleza esencial de la realidad[2], la cual no conoce fijación.
·         El segundo es el medio hábil de abandonar lo no virtuoso: es la práctica de desarrollar un sentido de vergüenza y arrepentimiento capaz de frenar toda conducta no virtuosa y de impedir que esta crezca, pues uno se va conformando a la ausencia de faltas que es la naturaleza esencial de la Realidad.
·         El tercero es el medio hábil de incrementar la capacidad para la virtud que ya ha sido desarrollado: es decir, un hombre debería de ser diligente honrando y rindiendo homenaje a las Tres Joyas; y debería de alabar, regocijarse en los Budas, y hacerles súplicas. Debido a la sinceridad de su amor y respeto hacia las Tres Joyas, su fe se fortalecerá, y será capaz de buscar la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación[3]. Además, al estar protegido por el Buda, el Dharma, y la Sangha, el será capaz de eliminar los obstáculos de las malas acciones. Esta capacidad para la bondad no sufrirá regresión porque él estará conformándose a la naturaleza esencial de la Realidad, la cual está libre de los obstáculos producidos por la estupidez.
·         El cuarto es el medio hábil del gran voto de la salvación universal: esto es tomar uno el voto de liberar a todos los seres, hasta el último de ellos, sin que importe el tiempo que pueda llevar hacerlo, para hacer que ellos alcancen el nirvana perfecto, por medio del conformarse uno mismo a la naturaleza esencial de la Realidad, la cual está caracterizada por la ausencia de continuidad. La naturaleza esencial de la realidad lo abarca todo, y permea a todos los seres; es en todas partes lo mismo y es el uno sin dualidad, no distingue esto de eso, porque desde el punto de vista del análisis último, está en el estado de quietud.

Cuando un bodhisatva desarrolla esta aspiración a la Iluminación a través de la fe, hasta cierto punto, el será capaz de realizar el Dharmakaya. Debido a esta realización del Dharmakaya, y debido a que es impulsado por la fuerza del voto que él hace de liberar a todos los seres, el es capaz de proyectar ocho tipos de manifestación para el beneficio de todos los seres. Estos son: 1) el descenso desde el cielo de Tushita; 2) la entrada dentro de un vientre humano; 3) la permanencia en el vientre; 4) el nacimiento; 5) la renunciación; 6) el logro de la Iluminación; 7) el giro de la Rueda del Dharma; y 8) la entrada en el nirvana.
Sin embargo, no puede decirse que ese bodhisatva ha realizado perfectamente el Dharmakaya, pues él aún no ha destruido completamente los residuos kármicos, los cuales han sido acumulados a lo largo de vidas innumerables en el pasado. Tiene que sufrir algún tipo de miseria leve derivada del estado de su nacimiento. No obstante, esto no es debido a que esté aprisionado por el karma, sino que es una decisión libremente tomada para llevar a cabo el gran voto de la liberación de todos los seres, para comprender el sufrimiento de otros. En un Sutra se dice que hay algunos bodhisatvas de este tipo que pueden regresar y caer en los estados desafortunados de la existencia, pero esto no se refiere a un retroceso real. Se dice que es solo para asustar y conmocionar el heroísmo de los bodhisatvas principiantes quienes aún no se han unido al grupo de quienes poseen determinación; y quienes pueden ser indolentes. Además, tan pronto como ha surgido esta aspiración en los bodhisatvas, ellos dejan la cobardía tras ellos, y no sienten miedo incluso de caer en el estado de los seguidores del Hinayana. Incluso aunque ellos oigan que tienen sufrir penalidades extremas durante innumerables eones antes de que alcancen el nirvana, ellos no sienten ningún miedo, pues ellos creen y saben que desde el principio todos los fenómenos están en el nirvana.

II-                La aspiración a la Iluminación a través de la comprensión y las acciones.

Debería de entenderse que esta clase de aspiración es incluso más excelente que la anterior. Puesto que los bodhisatvas que quieren esta aspiración son aquellos que están a punto de finalizar el primer periodo de eones incalculables desde el momento en el que ellos tuvieron por primera vez la fe correcta, han llegado a tener una comprensión profunda del principio de Talidad, y a no mantener apego a sus realizaciones conseguidas en base al entrenamiento. Conociendo que la naturaleza esencial de la Realidad está libre de tacañería, en conformidad con ello, se aplican en la perfección de la generosidad. Conociendo que la naturaleza esencial de la Realidad está libre de impurezas, las cuales se originan debido a los deseos de los cinco sentidos, en conformidad con ello, se aplican en la perfección de la moralidad. Conociendo que la naturaleza esencial de la Realidad está libre de sufrimiento, y libre de enfado y deseo, en conformidad con ello, se aplican en la perfección de la paciencia. Conociendo que la naturaleza esencial de la Realidad no tiene ninguna distinción entre cuerpo y mente, y está libre de la indolencia, en conformidad con ello, se aplican en la perfección del esfuerzo gozoso. Conociendo que la naturaleza esencial de la Realidad es siempre calma y libre de confusión, en conformidad con ello, se aplican en la perfección de la concentración. Conociendo que la naturaleza esencial de la Realidad siempre está caracterizada por la sabiduría y que está libre de ignorancia, en conformidad con ello, se aplican en la perfección de la sabiduría.


III-              La aspiración a la Iluminación a través de la visión penetrante.

En cuanto a los bodhisatvas de este grupo, quienes van desde el estado de corazón puro, hasta el estado de bodhisatva, ¿Qué objeto realizan?
Ellos realizan la Talidad. Nosotros hablamos de ello como si fuera un objeto debido la mente que se decanta, pero de hecho en esta realización no hay un objeto que pueda ser establecido en términos de una relación sujeto-objeto. Solo existe la visión penetrante dentro de la Talidad que transciende a quien ve y lo visto; nosotros llamamos a esto la experiencia del Dharmakaya. Los bodhisatvas de este grupo pueden, en un solo instante de pensamiento, desplazarse a todos los mundos del universo, honrar a los Budas, y pedirles que giren la Rueda del Dharma.
Para guiar y beneficiar a todos los hombres, ellos no confían en las palabras. A veces, para beneficiar a los hombres con poca voluntad, ellos muestran cómo obtener rápidamente la Perfecta Iluminación saltando los niveles del bodhisatva. Y a veces, para beneficio de los hombres indolentes, ellos dicen que los hombres pueden alcanzar la Iluminación al final de numerosos eones. Así, ellos son capaces de mostrar innumerables medios hábiles y proezas más allá de la razón. Pero en realidad todos estos bodhisatvas son lo mismo en que son iguales en su linaje, su capacidad, su aspiración, y su realización de la Talidad; por consiguiente, no existe tal cosa como el saltar sobre los niveles del bodhisatva, pues todos los bodhisatvas tienen que pasar a través de los tres eones interminables antes de que ellos puedan alcanzar la Iluminación completa. Sin embargo, debido a las diferencias en los diversos seres, también hay formas diferentes de enseñarles qué es lo que hay que practicar.
Las características de la aspiración a la Iluminación mantenida por un bodhisatva perteneciente a este grupo pueden ser identificadas en términos de los tres modos de mente sutil:
·         La primera es la mente de verdad, pues está libre de la discriminación intelectual falsa.
·         La segunda es la mente capaz de aplicar los medios hábiles, pues permea todo espontáneamente y beneficia a los seres.
·         La tercera es la mente sujeta a la influencia del karma que opera en la subconsciencia, pues aparece y desaparece de las formas más sutiles.

Además, un bodhisatva de este grupo, cuando lleva sus cualidades excelentes a la perfección, se manifiesta en el Cielo de Akanistha[4] como el ser más elevado del mundo. A través de la sabiduría unida con la Iluminación primordial de la Talidad, en un instante de pensamiento, él extingue de repente la ignorancia. Entonces él es llamado “quien ha obtenido el conocimiento de todo”[5]. Realizando actos más allá de lo racional de forma espontánea, el puede manifestarse en todo el universo, y beneficiar a todos los seres.

Pregunta: Puesto que el espacio es infinito, los mundos también son infinitos. Puesto que los mundos son infinitos, los seres son infinitos. Puesto que los seres son infinitos, la diversidad de sus mentalidades también tiene que ser infinita. Por lo tanto, los objetos de los sentidos y los mentales tienen que ser ilimitados, y resulta difícil conocerlos y comprenderlos a todos ellos. Si es destruida la ignorancia, no habrá pensamientos en la mente. Entonces, ¿Cómo puede una comprensión que no tiene contenido ser llamada “conocimiento de todo”?

Respuesta: Todos los objetos son originalmente Solo Mente, están más allá del pensamiento que determina. Puesto que la gente no iluminada percibe los objetos en su ilusión, ellos imponen limitaciones en sus mentes. Puesto que ellos desarrollan erróneamente esos pensamientos que determinan, los cuales no se corresponden a la Realidad[6], son incapaces de alcanzar ninguna comprensión inclusiva. Los Budas, los Tathagatas, están libres de todas las visiones distorsionadas y pensamientos que bloquean la visión correcta; por lo tanto, no existen rincones dentro de los cuales no penetre su comprensión. Su mente es verdadera y real, por lo tanto no es distinta de la naturaleza esencial de todas las cosas.
Los Budas, debido a su naturaleza, pueden arrojar luz sobre todos los objetos concebidos en la Ilusión. Están dotados con la influencia de la gran sabiduría que funciona como la aplicación de innumerables medios hábiles. Acomodándose a la capacidad de comprensión de los diversos seres, ellos pueden revelarles los múltiples significados del Dharma. Esta es la razón de que ellos puedan ser llamados aquellos que tienen el conocimiento de todo.

Pregunta: Si los Budas son capaces de realizar actos espontáneos, manifestarse en todas partes, y beneficiar a los seres, entonces los seres deberían de ser capaces obtener beneficios por medio de ver sus formas físicas, por ser testigos de sus milagros, o por oír sus exposiciones. ¿Por qué es entonces que la inmensa mayor parte de la gente de este mundo es incapaz de ver a los Budas?

Respuesta: El Dharmakaya de todos los Budas, siendo uno y el mismo en todas partes, es omnipresente. Puesto que los Budas están libres de toda fijación de pensamiento, se dice que sus actos son espontáneos. Ellos se revelan de acuerdo con las mentalidades de los diversos seres. La mente de los seres es como un espejo. Lo mismo que un espejo no puede reflejar imágenes si está cubierto de suciedad, así el Dharmakaya no puede aparecer en la mente del ser si está manchada con la suciedad de las impurezas.


CUARTA PARTE: Sobre la fe y la práctica.

Una vez que ya se ha tratado la interpretación, ahora presentaremos una discusión sobre la fe y la práctica. Esta discusión está dirigida a aquellos que aún no se han unido al grupo de quienes están determinados a alcanzar la Iluminación.

A.     Sobre las cuatro fes.

Pregunta: ¿Qué clase de fe debería de tener un hombre, y cómo debería de practicarla?

Respuesta: En resumen, existen cuatro clases de fe:
·         La primera es la fe en la Fuente Última: debido a esta fe un hombre llega a meditar con alegría en el principio de Talidad.
·         La segunda es la fe en las numerosas cualidades de los Budas: debido a esta fe un hombre llega a meditar siempre en ellos, a estar siempre cerca de ellos, a honrarlos y respetarlos, desarrollando su capacidad para la bondad, y buscando la omnisciencia.
·         La tercera es la fe en los grandes beneficios del Dharma: debido a esta fe un hombre llega a recordar constantemente y a practicar los diversos entrenamientos que conducen a la Iluminación.
·         La cuarta es la fe en la Sangha: debido a esta fe un hombre llega a aproximarse constantemente y con alegría a la asamblea de bodhisatvas, y busca instrucción de ellos con respecto a la práctica correcta.

B.      Sobre las cinco prácticas.

Existen cinco formas de práctica, las cuales harán posible que un hombre perfeccione su fe. Son las prácticas de la generosidad, de la observación de los preceptos morales, de la paciencia, del esfuerzo, y la cesación de las ilusiones y la observación clara.

Pregunta: ¿Cómo debería de practicar un hombre la generosidad?

Respuesta: Si ve a alguien que viene hacia él mendigando, el debería de darle su riqueza y otras cosas en posesión suya en la medida de sus posibilidades; así, mientras se está liberando de la codicia y avaricia, hace que el mendigo esté lleno de alegría. O en el caso de que vea a alguien en dificultades, con miedo, o en un peligro grave, el debería de acuerdo a su habilidad y comprensión, explicárselo por medio del uso de los medios hábiles. En haciendo eso, no obstante, no debería de esperar ninguna fama, ganancia material, o respeto, sino que debería de pensar en beneficiarse a sí mismo y a los demás por igual, y extender el mérito de ha obtenido de la práctica de la generosidad para alcanzar la Iluminación.

Pregunta: ¿Cómo debería de practicar la observancia de los preceptos morales?

Respuesta: El no mata, no roba, no mantiene relaciones sexuales incorrectas; no miente, no calumnia, no insulta, o habla en demasía. El también está libre de codicia, de envidia, de fullerías, engaños, zalamerías, chanchullos, enfado, odio, y visiones perversas. Si es un monje o una monja que ha renunciado a la vida en familia, para cortar y suprimir las impurezas, también debería guardarse del bullicio y el ajetreo del mundo, y residir siempre en soledad; debería de aprender a contentarse teniendo pocos deseos, y debería de practicar fuertes disciplinas ascéticas. El debería de estar aterrorizado y lleno de pavor ante cualquier falta, aún siendo muy leve, y debería de sentir vergüenza y arrepentimiento. El no debería de tomar a  la ligera ninguno de los preceptos instituidos por el Tathagata. El debería de guardarse de la difamación y de mostrar disgusto de forma que no provoque en la gente, en su engaño, a cometer ninguna ofensa o falta.

Pregunta: ¿Cómo debería de practicar la paciencia?

Respuesta: El debería de ser paciente con los actos vejatorios de otros, y no debería de alimentar pensamientos de venganza; y también debería de ser paciente en temas de ganancia o pérdida, honor y deshonor, alabanza o crítica, sufrimiento o alegría[7].

Pregunta: ¿Cómo debería de practicar el esfuerzo?

Respuesta: El no debería de ser perezoso a la hora de hacer el bien, debería de ser firme en sus resoluciones, y debería de depurar en él la cobardía. El debería de recordar que desde tiempos remotos en el pasado ha sido atormentado en vano por los grandes sufrimientos de cuerpo y mente. Debido a esto, debería de practicar con diligencia diversos actos meritorios, beneficiarse a sí mismo y a los otros, y liberarse rápidamente del sufrimiento.
Incluso si una persona practica la fe, debido a que está gravemente obstaculizado por el mal karma derivado de las graves transgresiones cometidas en vidas previas, el puede tener muchos problemas al estar acosado por Mara y sus demonios, o estar enmarañado en toda clase de asuntos mundanos, o afligido por el sufrimiento de la enfermedad. Existen una gran cantidad de obstáculos de este tipo. Por consiguiente, el debería de mostrar coraje y esfuerzo, y en cada uno de los seis intervalos de cuatro horas, del día y de la noche, debería de rendir homenaje a los Budas, arrepentirse de todo corazón, suplicar a los Budas que lo guíen, regocijarse en la felicidad de otros, y dedicar todos los méritos adquiridos de este modo a la realización de la Iluminación. Si él no abandona nunca estas prácticas, será capaz de evitar los diversos obstáculos según se va incrementando su capacidad para la virtud.

Pregunta: ¿Cómo debería de practicar la cesación y la observación clara?

Respuesta: Lo que es llamado “cesación” es poner fin a todas las características[8] del mundo de los objetos de los sentidos y de los objetos mentales; porque esto significa seguir el método de meditación de la calma mental[9]. Lo que es llamado “observación clara” significa percibir distintamente las características de la causalidad de los fenómenos condicionados, porque esto significa seguir el método de meditación analítica.[10]

Pregunta: ¿Cómo debería de seguirlas?

Respuesta: Debería de practicar paso a paso estos dos aspectos, y no separar uno de otro, pues solo entonces ambos aspectos estarán perfectos.


1)      La práctica de la cesación.

Allí debería de haber una persona que desea practicar la cesación; debería de residir en un lugar tranquilo, y sentarse con la espalda erguida, estando sereno. Su atención no debería de estar enfocada en la respiración, ni en ninguna forma o color, ni en el espacio vacío, tierra, agua, fuego, viento, o incluso en lo que ha sido visto, oído, recordado, o concebido. Todos los pensamientos, tan pronto como son conjurados para surgir, han de ser descartados, e incluso el pensamiento de descartarlos ha de ser abandonado, pues todas las cosas están esencialmente en el estado de transcendencia del pensamiento, y no son creados de momento a momento, ni se extinguen de momento a momento; así pues, uno está conforme a la esencia natural de la Realidad a través de esta práctica de la cesación. Y no es que el debiera de meditar primero en los objetos de los sentidos del mundo externo, y entonces negarlos con su mente, la mente que ha meditado en ellos. Si la mente se aparta, debería de ser traída de nuevo y fijada en el pensamiento correcto. Debería de entenderse que este pensamiento correcto es el pensamiento de que todo lo que es, es solo mente; y que no existe el mundo de los objetos externos tal como es concebido; e incluso esa mente está carente de cualquier marca de sí misma, que pudiera indicar su substancia, y por lo tanto no es concebible como tal en ningún momento.
Incluso si él se levanta de esta posición sentada, y se involucra en otras actividades tales como ir, venir, avanzar, o permanecer quieto de pie, él siempre debería de tener presente la aplicación de los medios hábiles para perfeccionar la cesación, conforme al principio inmóvil de la naturaleza esencial de la Realidad; y observar y examinar las experiencias resultantes. Cuando este entrenamiento ya está bien dominado después de un prolongado periodo de práctica, las ideaciones de esta mente pararán. Debido a esto, su poder de ejecutar la cesación irá intensificándose gradualmente, y llegará a ser altamente efectivo, de forma que se conformará a la Talidad, y será capaz de estar absorto dentro de la absorción meditativa de la Talidad. Entonces sus impurezas, sin que importe lo profundamente arraigadas que puedan estar, serán suprimidas y su fe fortalecida; el obtendrá rápidamente el estado en el cual no habrá retroceso. Pero aquellos que son escépticos, que carecen de fe, que hablan mal de las enseñanzas del Buda, quienes han cometido transgresiones graves[11], quienes están obstaculizados por su mal karma, o quienes son arrogantes o indolentes, serán excluidos; estas personas son incapaces de permanecer absortas en la concentración de la Talidad.
Más tarde, como un resultado de esta absorción meditativa, un hombre realiza la unidad del Reino de la Realidad[12], esto es, la igualdad de todo y la no dualidad del Cuerpo de la Verdad[13] de todos los Budas y los cuerpos de los seres. Esto es llamado la Absorción meditativa de un movimiento. Debería de entenderse que esta absorción meditativa de la Talidad es la base de todas las demás absorciones; si un hombre sigue practicándolo, entonces gradualmente será capaz de desarrollar incontables tipos de absorciones meditativas distintas. Si hay una persona que carece de capacidad para la bondad, el será confundido por el mal carácter, los heréticos, y los demonios. A veces estos seres aparecerán bajo formas espantosas mientras él está sentado en meditación, y otras veces se manifestarán con las formas de hombres y mujeres atractivos. En ese caso, él debería de meditar en el principio de Solo Mente, y entonces todos estos objetos se desvanecerán y no le causarán más problemas. A veces pueden aparecer como las imágenes de seres celestiales o de bodhisatvas, y también pueden asumir la figura del Tathagata, adornada con las marcas mayores y menores; o pueden exponer los mantras o predicar la generosidad, los preceptos morales, la paciencia, esfuerzo gozoso, concentración, y sabiduría; o pueden tratar de hacer discursos sobre como el nirvana verdadero es el estado de vacuidad universal, o de la no existencia de las características, votos, odios, apegos, causas, y efectos; y de la nada absoluta. Ellos también pueden enseñarle el conocimiento de sus propias vidas pasadas y de los estados de existencia futuros; el método para leer en la mente de otros hombres; y para dominar perfectamente la elocuencia, haciendo que sean codiciosos y apegados a la fama y las ganancias mundanas; o pueden causarle estar movido frecuentemente a la alegría y el enfado, y tener así un carácter inestable, siendo a veces muy amable, estando muy adormilado, muy enfermo, o con pereza mental; o en otras ocasiones siendo muy celoso de repente, y después dejándose caer en la negligencia; o desarrollando una falta de fe, gran cantidad de dudas, y una gran cantidad de ansiedad; o abandonando sus prácticas excelentes fundamentales hacia la perfección religiosa y dedicándose a actos religiosos de todo tipo; o estado apegado a los asuntos mundanos los cuales lo atrapan de diversas formas; o a veces ellos pueden hacerle experimentar una cierta apariencia de diversos tipos de absorción meditativa, los cuales son todos realizaciones de los heréticos y no son la verdadera absorción meditativa; o a veces ellos pueden causar que él permanezca en absorción meditativa durante uno, dos, tres, y hasta siete días, sintiendo confort en su cuerpo y alegría en su mente, no estando ni hambriento ni sediento, ingiriendo bebidas y comidas  naturales, fragantes, y deliciosas, las cuales inducen a incrementar su apego a ellas; o a veces pueden hacer que coma sin ningún control, a veces grandes cantidades, a veces solo un poco, de forma que el color de su cara cambia de forma acorde. Por estas razones, quien practica la cesación debería de ser discreto y observante, impidiendo que su mente caiga en red de las malas doctrinas.
El debería de ser diligente en su permanencia en el pensamiento correcto, no agarrándose ni apegándose a nada; si lo hace así, él será capaz de permanecer alejado de los obstáculos que representan estas malas influencias. El debería de saber que la absorción meditativa de los heréticos no está libre de las visiones corrompidas, del anhelo, y de la arrogancia, pues los heréticos están codiciosamente apegados a la fama, las ganancias, y el respeto del mundo. La absorción de la Talidad es la absorción meditativa en el cual uno no es detenido por la actividad de estar viendo un sujeto, ni por la experiencia de objetos en medio de la meditación, e incluso tras la concentración uno no será ni indolente ni arrogante, y las impurezas de uno decrecerán gradualmente. Nunca se ha dado el caso de que ninguna persona ordinaria, sin haber practicado esta concentración, haya sido capaz de unirse al grupo de aquellos que han sido profetizados para convertirse en Tathagatas. Aquellos que practican diversos tipos de concentración y de absorciones meditativas que son populares en el mundo, desarrollarán mucho apego a los Tres Reinos debido su visión corrompida de que el ego es real. Son por tanto lo mismo que los heréticos, pues como ellos se han apartado de la protección de sus buenos amigos espirituales, caen en las visiones heréticas.
Más tarde, quien ha practicado diligentemente y de todo corazón esta absorción, ganará las diez clases de ventajas en esta vida:
·         Primera: los Budas y los bodhisatvas de las diez direcciones lo protegerán siempre.
·         Segunda: Mara y sus demonios no lo aterrorizarán.
·         Tercera: el no será engañado o confundido por las noventa y cinco clases de heréticos y de malos espíritus.
·         Cuarta: el evitará difamar las enseñanzas profundas del Buda, y gradualmente disminuirá los obstáculos derivados de las transgresiones graves.
·          Quinta: el destruirá todas las dudas y visiones erróneas sobre la Iluminación.
·         Sexta: Su fe en el Reino del Tathagata se incrementará.
·         Séptima: estará libre de pesar y de remordimiento, y en medio de la existencia cíclica él estará lleno de vigor y e impávido.
·         Octava: al poseer un corazón amable y olvidar la arrogancia, no será vejado por otros.
·         Novena: incluso aunque no haya experimentado la absorción meditativa, el será capaz de disminuir sus impurezas en todos los lugares y en todos los tiempos, y no encontrará placer en el mundo.
·         Décima: si el experimenta la absorción meditativa, el no será molestado por ningún ruido externo.

Ahora, si él practica solo la cesación, entonces su mente se hundirá en la autocomplacencia, y será vaga; no se deleitará en realizar acciones virtuosas sino que permanecerá alejado de la práctica de la gran compasión. Por consiguiente, es necesario practicar también la realización clara.

1.      La práctica de la realización clara.

El practicante de la realización clara debería de observar que todos los fenómenos condicionados en el mundo son impermanentes y que están sujetos a la transformación y destrucción instantánea; que todas las actividades de la mente surgen y se extinguen momento a momento; y que, por lo tanto, todo ello induce sufrimiento. El debería de observar que todo lo que ha sido concebido en el pasado fue tan ilusorio como un sueño; que todo lo que está siendo concebido en el presente es como el destello de un relámpago; y que todo lo que será concebido en el futuro será como las nubes que aparecen de repente.
También debería de observar que las existencias físicas de todos los seres vivos en este mundo son impuras, y que entre estas diversas cosas sucias no hay ni tan siquiera una que pudiera ser codiciada con alegría.
El debería de reflexionar de la siguiente forma: “Todos los seres, desde un tiempo sin principio, debido a que están permeados por la ignorancia, han permitido que su mente siga en la existencia cíclica; ellos ya han padecido todas las grandes miserias del cuerpo y mente; en el presente están bajo una incalculable presión  y obligación; y también en el futuro sus sufrimientos serán ilimitados. Estos sufrimientos son difíciles de abandonar, difíciles de evitar, y sin embargo estos seres son inconscientes de que se encuentran en ese estado; por esto, ellos son dignos de compasión.”
Después de haber reflexionado de esta forma, el debería de armarse de coraje y hacer un gran voto a este efecto: “¡Que pueda mi mente estar libre de discriminaciones, de forma que yo pueda practicar todos los actos meritorios en cualquier parte de las diez direcciones; que pueda yo, hasta el fin de los tiempos, por medio de aplicar los ilimitados medios hábiles, ayudar a todos los seres que sufren, de forma que ellos puedan alcanzar el gozo del nirvana, el fin último.”
Tras haber hecho este voto, de acuerdo con su capacidad y sin vacilación, el tiene que practicar todo tipo de acto virtuoso en todo tiempo y lugar, y no ser de mente perezosa. Excepto cuando está sentado en concentración en la práctica de cesación, el debería de reflexionar siempre en aquello que debe de ser hecho y en lo que debe de ser abandonado. Tanto que esté caminando, de pie, sentado, acostado, o levantándose, el debería de practicar ambas, la cesación y la observación clara, lado a lado. Es decir, que él está meditando en el hecho de que todas las cosas son no nacidas en su naturaleza primordial; pero al mismo tiempo él está meditando en el hecho de que las acciones buenas y malas, producidas por la combinación de la causa primaria y de las causas concurrentes o condiciones, y las retribuciones de las acciones en términos de placer, sufrimiento, y demás, nunca se pierden ni son destruidas. Aunque el está meditando en la retribución de las acciones virtuosas y no virtuosas producidas por la causa primaria y las condiciones, el también está meditando en el hecho de que la naturaleza esencial de las cosas no puede ser alcanzada por medio del análisis intelectual.
La práctica de la cesación posibilitará que las personas ordinarias se curen de sus apegos al mundo, y hará posible que los seguidores del Hinayana abandonen sus visiones, las cuales derivan de la cobardía.
La práctica de la observación clara curará a los seguidores del Hinayana de la falta de tener unas mentes estrechas e inferiores, las cuales no encarnan la gran compasión; y liberará a las personas ordinarias de su incapacidad para cultivar la bondad.
Por estas razones, ambas, cesación y observación clara, son complementarias e inseparables. Si las dos no son practicadas juntas, entonces uno no puede entrar en el sendero a la Iluminación. Además, supón que hay una persona que aprende esta enseñanza por primera vez, y que desea buscar la fe correcta, pero que carece de coraje y de fuerza. Puesto que vive en este mundo de sufrimiento, teme que no siempre será capaz de encontrar a los Budas y honrarlos personalmente, y que al ser difícil perfeccionar la fe, estará inclinada a volver a caer. Debería de saber que los Tathagatas tienen unos medios hábiles excelentes por medio de los cuales ellos pueden proteger su fe: esto es, a través de la fuerza de la meditación sincera en el Buda, en cumplimiento de sus deseos, será capaz de renacer en un Campo de Buda[14], ver siempre a los Budas, no estar separado por siempre de los estados desafortunados de la existencia. Es como dice el Sutra: “Si un hombre medita sinceramente en el Buda Amitabha, en el mundo del Paraíso Occidental, y desea renacer en ese mundo, dirigiendo todas las raíces de virtud que ha reunido hacia ese fin, entonces renacerá allí.”
Puesto que siempre verá al Buda, el nunca volverá a caer. Si el medita en el Dharmakaya, la Talidad del Buda, y sigue practicando con diligencia la meditación, al final será capaz de nacer allí, porque el permanece en la absorción meditativa correcta.


PARTE QUINTA: Animando a practicar, y los beneficios que se derivan de ello.


Como ya ha sido explicado en las secciones precedentes, el Mahayana es el tesoro secreto de los Budas. Si hubiera un hombre que desea obtener fe en el profundo Reino del Tathagata y entrar en el sendero del Mahayana, apartándose de toda difamación de la enseñanza del Buda, debería de coger este tratado, deliberar sobre él, y practicarlo; al final él será capaz de alcanzar la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación. Si un hombre, tras haber oído esta enseñanza, no siente ningún miedo o debilidad, debería de saberse que ese hombre está seguro de seguir el linaje del Buda, y de recibir la predicción del Buda de que alcanzará la Iluminación.
Incluso si un hombre fuera capaz de reformar a todos los seres a través de todos los sistemas de mundos del universo y llevarlos a practicar las diez acciones virtuosas, el aún no sería superior a aquel hombre que reflexiona correctamente sobre esta enseñanza, incluso si lo hace solo durante el tiempo que lleva hacer una comida, pues las cualidades excelentes que el último es capaz de conseguir son incomparablemente superiores a las que puede obtener el anterior. Si un hombre coge este tratado y reflexiona sobre él, y practica las enseñanzas contenidas en él tan solo durante un día y una noche, las cualidades excelentes que obtendrá serán ilimitadas e indescriptibles. Incluso si todos los Budas de las diez direcciones alabaran estas cualidades excelentes durante periodos incalculables de tiempo, ellos nunca alcanzarían el fin de sus alabanzas, pues las cualidades excelentes de la Realidad son infinitas, y las excelencias ganadas por este hombre, de acuerdo a ello, será ilimitadas.
Sin embargo, si hay un hombre que difama y no cree en este tratado, el sufrirá durante un número incalculable de eones debido a su falta. Por lo tanto, todo el mundo debería de creer reverentemente en él, y no calumniarlo; pues la difamación y la falta de fe dañarán gravemente a uno y  a los demás, y llevará a la destrucción del linaje de las Tres Joyas.
A través de esta enseñanza todos los Tathagatas han ganado el nirvana, y a través de su práctica todos los bodhisatvas han obtenido la sabiduría de un Buda. Debería de ser conocido que fue por medio de esta enseñanza como los bodhisatvas del pasado fueron capaces de perfeccionar su fe pura; que es por medio de esta enseñanza por la que los bodhisatvas del presente están perfeccionando su fe pura; y que es por medio de esta enseñanza por la que los bodhisatvas del futuro perfeccionarán su fe pura. Por lo tanto los hombres deberían de estudiarla diligentemente, y practicarla.

 COLOFÓN:
Los grandes principios del Buda son profundos y comprensibles, los cuales yo ahora he resumido tan fielmente como ha sido posible. ¡Que puedan cualesquiera que sean las cualidades excelentes que yo haya logrado en base a este esfuerzo de acuerdo con la Realidad, ser extendidas para beneficio de todos los seres!

Traducido al castellano y anotado por el ignorante y falto de devoción, upasaka Losang Gyatso. Gracias a Mari Carmen por su ayuda con las lecturas de este tratado. Editado a 10/08/2017.





[1] Son las tres acciones del cuerpo: no matar, no robar, abstenerse de mantener una  conducta sexual incorrecta;  las cuatro del habla: no mentir, no calumniar, no insultar, no hablar por hablar; y las tres de la mente: no codiciar, no albergar pensamientos maliciosos, y no tener visiones erróneas.
[2] Dharmata.
[3] Anuttara-samyak-sambodhi.
[4] El cielo más elevado del Reino de la Forma.
[5] Omnisciencia.
[6] Dharmata.
[7] Esto es, estar libre de los ocho intereses mundanos.
[8] Lakshana.
[9] Samatha.
[10] Vipashyana.
[11] Quienes han cometido alguna de las cinco faltas con retribución inmediata: matar a la madre, matar al padre, matar a un Arhat, hacer sangre intencionadamente a un Buda, y causar división en la Sangha.
[12] Dharmadhatu.
[13] Dharmakaya.
[14] Buddha-ksetra