A)
Las tres clases de beneficio y el adorno
del sendero desde el esfuerzo.
¿Cómo hace el bodhisatva
para cultivar el esfuerzo entusiasta? Si el esfuerzo es cultivado para el
beneficio propio, el beneficio de otros, y para el beneficio de ambos, uno llega
a ser capaz de adornar con ello el sendero hacia la Iluminación.
1.
La motivación correcta en la práctica del esfuerzo.
El bodhisatva, en su
práctica del esfuerzo, está motivado por un deseo de entrenar y disciplinar a
los seres para que abandonen el sufrimiento y las aflicciones.
Quien cultiva el esfuerzo
es siempre diligente efectuando la acumulación de prácticas asociadas con la
vida espiritual pura[1], en el
abandono de la pereza, y en apartarse de la negligencia.
La mente de uno permanece
siempre enérgica y diligente, y nunca se retrae o deprime, incluso en medio de
procederes que supongan miedo y dificultad, y que no aporten ningún beneficio
personal. Esto es lo que cualifica la
mente del esfuerzo tal como es cultivado inicialmente por el bodhisatva.
2.
El beneficio propio.
Debido al cultivo del
esfuerzo uno puede llegar a ser capaz de obtener los fenómenos supremamente
maravillosos y buenos, tanto mundanos como supra mundanos. Esto es lo que
quiere decir “beneficio propio.”
3.
El beneficio de otros.
Uno enseña y transforma a
los seres de forma que hace que ellos practiquen diligentemente aquello que es
virtuoso. Esto es lo que quiere decir “beneficio de otros.”
4.
El beneficio de ambos.
Sobre la base de aquellas
causas correctas para el logro de la iluminación que uno ha desarrollado, uno
enseña a los seres, haciendo que ellos tengan beneficios idénticos a los de uno
mismo. Esto es lo que quiere decir
“beneficio de ambos.”
5.
Adornando el sendero hacia la Iluminación a través del
esfuerzo.
Por medio de la práctica del
esfuerzo entusiasta, uno llega a conseguir incluso los frutos más maravillosos,
puros, y supremos del Sendero, y a transitar los niveles del bodhisatva,
incluso hasta el punto de lograr tener éxito rápidamente en la realización de
la perfecta Iluminación. Esto es lo que quiere decir “adornando el sendero
hacia la Iluminación.”
B)
Los dos tipos de esfuerzo.
Existen dos tipos de
esfuerzo. El primer tipo es aquel que es cultivado en la búsqueda del sendero
que lleva al sendero insuperable. El segundo tipo es aquel en el que uno genera
esfuerzo como consecuencia del deseo de liberar y rescatar a los seres inmersos
en el sufrimiento.
C)
Los recuerdos como bases para la
práctica diligente del esfuerzo.
Es a través de perfeccionar
los diez recuerdos como uno llega a ser capaz de generar la determinación de
practicar el esfuerzo de forma diligente. ¿Cuáles son los diez?
Son:
1) Uno recuerda las innumerables cualidades y méritos de
los Budas.
2) Uno recuerda la liberación inconcebible e
indestructible que trae el Dharma.
3) Uno recuerda la pureza y ausencia de impurezas de la
Sangha.
4) Uno recuerda que es a través de la gran amabilidad
como uno tiene éxito a la hora de establecer a los seres en el Sendero.
5) Uno recuerda que es gracias a la gran compasión como
uno libera y rescata a los seres de las múltiples clases de sufrimiento.
6) Uno recuerda que es gracias a la práctica de la
absorción meditativa como uno encuentra deleite en la acumulación de virtud.
7) Uno recuerda a aquellos que están involucrados en
absorciones meditativas incorrectas, y se esfuerza por liberarlos de esa
trampa, haciendo que ellos vuelvan al estado original.
8) Uno recuerda el hambre, la sed, y los tremendos
sufrimientos de los fantasmas hambrientos.
9) Uno recuerda los múltiples y persistentes sufrimientos
soportados por los animales.
10) Uno recuerda la terrible experiencia de ser quemado y
hervido que es padecida por aquellos que residen en los infiernos.
El bodhisatva contempla
estos diez recuerdos de esta forma: “Yo tengo que cultivar y acumular las
cualidades meritorias que poseen las Tres Joyas. Tengo que esforzarme e
estimular la práctica de la amabilidad, compasión, y la absorción meditativa
correcta. Tengo que liberar y rescatar a los seres que están inmersos en
absorciones meditativas erróneas, y a aquellos que están sufriendo en los tres
destinos desafortunados.”
Cuando uno reflexiona de
esta forma, la atención mental de uno llega a ir haciéndose cada vez más
intensa y carente de distracción. Uno se delita en esta práctica día y noche, y
así permanece libre de relajación o deterioro en el esfuerzo. Esto es lo que
cualifica a uno como capaz de generar un
esfuerzo entusiasta caracterizado por la atención mental correcta.
D)
Los cuatro esfuerzos correctos.
El esfuerzo del bodhisatva
posee cuatro factores adicionales. Esto supone el cultivo de lo que es llamado
“el sendero de los cuatro esfuerzos correctos.”
·
Todo lo no
virtuoso que aún no ha surgido es bloqueado, y uno no permite que surja.
·
Todo lo no
virtuoso que ya ha surgido es eliminado rápidamente aplicando los antídotos, y
desarraigándolo.
·
Todo lo virtuoso
que aún no ha surgido es estimulado a surgir, utilizando los medios hábiles.
·
Todo lo virtuoso
que ya ha surgido es desarrollado hasta su plenitud, haciendo que se incremente
más y más.
E)
Escenarios en los que se ejemplifica la
práctica del esfuerzo.
Cuando el bodhisatva
cultiva el sendero de los cuatro esfuerzos correctos de esta manera, haciéndolo
sin descanso, esto es lo que lo cualifica como esfuerzo entusiasta. Esta
práctica diligente del esfuerzo es capaz de destruir todas las aflicciones
mentales, y también trae un incremento de las causas correctas para la
realización de la Insuperable Iluminación.
Si el bodhisatva es capaz
de soportar todos los grandes sufrimientos que afectan a cuerpo y mente,
llevado por el deseo de establecer a los seres en el sendero, y si es capaz de
hacer eso sin sentir cansancio, eso es lo que lo cualifica como esfuerzo
entusiasta.
Alejándose del esfuerzo
dirigido hacia aquello que es engañoso e incorrecto, lo cual es típico de una
época degenerada, el bodhisatva cultiva el esfuerzo correcto.
Esto quiere decir que el
bodhisatva, en el cultivo de la fe, generosidad, ética moral, paciencia,
esfuerzo, concentración, sabiduría, amor, compasión, alegría simpática, y
ecuanimidad, sea respecto a esfuerzos pasados, presentes, o futuros, él
practica el esfuerzo con total sinceridad mientras permanece libre de toda
clase de arrepentimiento.
En su desarrollo de todas
las raíces de virtud, y en su liberación y rescate de las muchas clases de
penalidades que afligen a los seres, lo hace con la misma urgencia que tendría
alguien a quien se le hubiera prendido fuego su propio turbante, no permitiendo
nunca que su determinación se retraiga o se hunda.
Eso quiere decirse por
“esfuerzo entusiasta.”
F)
La actitud del bodhisatva, y su
alineamiento con el Dharma.
Aunque el bodhisatva no
busca ningún beneficio particular para sí mismo en esta vida, a pesar de ello,
con la intención de liberar a los seres de las múltiples clases de sufrimiento,
y con la intención de proteger el buen Dharma, él de hecho conserva una cierta
forma de querencia en la que abandona todo comportamiento inadecuado, al par
que con constancia cultiva todo aquello que es virtuoso.
Cuando cultiva aquello que
es virtuoso, en su mente no existe la indolencia. Incluso en un caso en el que
pudiera perder su propia vida, nunca dejaría de actuar de acuerdo al Dharma.
Esto es lo que se quiere decir con “la práctica diligente del esfuerzo por
parte del bodhisatva mientras transita en el sendero hacia la Iluminación.”
G)
La importancia del esfuerzo entusiasta
para las perfecciones y la budeidad.
Una persona que es esclava
de la indolencia es incapaz de abandonar nada. También es incapaz de observar
los preceptos de la ética moral; de mantener la paciencia ante las muchas
clases de sufrimiento, de esforzase con entusiasmo, de concentrar su mente en
la absorción meditativa, o de distinguir entre lo que es bueno o malo. Por eso
es por lo que se dice que, en las seis perfecciones, se es capaz de progresar
gradualmente gracias al esfuerzo. Si el esfuerzo practicado por un bodhisatva,
un Gran ser, se va haciendo cada vez más y más superior, entonces él llega a
ser capaz de alcanzar rápidamente la realización de la Insuperable, Perfecta, y
Completa Iluminación.
H)
Los cuatro factores en la iniciación del
gran ornamento del bodhisatva.
En la iniciación del gran
ornamento del bodhisatva y su práctica del esfuerzo, existen cuatro factores
componentes adicionales.
·
El inicia el gran
ornamento.
·
Acumula fuerza
heroica.
·
Desarrolla todas
las raíces de virtud.
·
Enseña y
transforma a los seres.
1.
El inicio del gran ornamento.
¿Cómo inicia el bodhisatva
el gran ornamento? Su mente llega a ser capaz de soportar la perspectiva de
experimentar todos los nacimientos y muertes que hay en el camino del
bodhisatva hacia la budeidad, y de este modo no tiene en cuenta el número de
eones que ello pueda suponer. Incluso la perspectiva de pasar más miríadas de
eones que granos de arena hay en muchos cientos de miles de miríadas de ríos
Ganges, antes de ser capaz de alcanzar la budeidad, no supone causa para que su
mente se canse. Esto es a lo que se llama “esfuerzo entusiasta en el que uno no
es laxo en llevarlo como ornamento”
2.
La acumulación de fuerza heroica.
El bodhisatva acumula
fuerza heroica al proceder en el desarrollo del esfuerzo. Incluso si los mundos
del gran universo de tres millones de mundos estuvieran llenos de fuego, aún
así, si fuera necesario pasar a través de este fuego para encontrar al Buda y
escuchar el Dharma, con la intención de establecer a los seres en la virtud, él
lo haría. Cuando él actúa de este modo para entrenar y disciplinar a los seres,
desde de la base de haber establecido firmemente su mente en la gran compasión,
esto es lo que lo cualifica como “fuerza heroica” en la práctica del esfuerzo.
3.
El desarrollo de las raíces de virtud.
El bodhisatva emplea el
esfuerzo en su desarrollo de las raíces de virtud y, sin que importe qué raíces
de virtud pudiera haber acumulado, las dedica todas ellas a la Insuperable,
Perfecta, y Completa Iluminación haciéndolo para ser capaz de perfeccionar la
omnisciencia. Es esto lo que lo cualifica como “esfuerzo en el desarrollo de
las raíces de virtud.”
4.
Enseñando y transformando a los seres.
Puesto que el bodhisatva
enseña y transforma a los seres, el practica el esfuerzo. Una característica de
los seres es que son un número incalculable. En número son tan inmensurables e
ilimitados como el espacio. Pero aún así, el bodhisatva hace un voto: “Yo los
llevaré a todos ellos, sin excepción, a la liberación.” Movido por el deseo de
transformarlos y de liberarlos, él es diligente en su práctica del esfuerzo.
Esto es lo que lo cualifica como “esfuerzo en enseñar y transformar a los
seres.”
I)
Resumen del esfuerzo.
Para hablar de los
esenciales, los bodhisatvas cultivan el sendero de la acumulación de mérito
como ayuda en su desarrollo de la sabiduría insuperable. En su desarrollo y
acumulación de estos fenómenos esenciales para el logro de la budeidad, él
emplea el esfuerzo. El mérito de los Budas es incalculable e ilimitado. El
esfuerzo practicado por el bodhisatva, el Gran ser, cuando actúa con el gran
ornamento también es incalculable e ilimitado.
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