Capítulo Tres: Análisis
de los tipos de aspiración a la Iluminación, o el significado de “Yana”.
Todos los
bodhisatvas aspiran a lograr la Iluminación realizada por los Budas,
disciplinándose para alcanzar este fin, y avanzando hacia él. Resumiendo,
existen tres tipos de aspiración a la Iluminación: 1) el primero es la
aspiración a la Iluminación a través de la perfección de la fe; 2) el segundo
es la aspiración a la Iluminación a través de la comprensión y las acciones; y
3) el tercero es la aspiración a la Iluminación a través de la visión
penetrante.
I-
La
aspiración a la Iluminación por medio de la perfección de la fe.
Pregunta:
¿Por quienes, y a través de qué clase de entrenamiento puede ser perfeccionada
la fe, de modo que pueda ser desarrollada la aspiración a la Iluminación?
Respuesta: Entre
aquellos que pertenecen al grupo de los que carecen de determinación, existen
algunos que, en virtud de su capacidad excelente para la bondad, desarrollada a
través de la impregnación, creen en la ley de la retribución de las acciones
cometidas y observan las diez acciones virtuosas[1].
Ellos aborrecen el sufrimiento de la existencia cíclica, y desean buscar la
Iluminación Suprema. Tras haber sido capaces de encontrar a los Budas, ellos
los sirven, los honran, y practican la fe. Su fe será perfeccionada tras diez
mil eones. Su aspiración hacia la Iluminación será desarrollada, bien a través
de la instrucción de los Budas y bodhisattvas, o debido a su gran compasión
hacia el sufrimiento de todos sus amigos los seres, o debido a su deseo de
preservar al buen Dharma de la extinción. Aquellos que son capaces de
desarrollar de esta manera su aspiración a la Iluminación a través de la
perfección de la fe entrarán en el grupo de aquellos con determinación, y ya no
retrocederán nunca. Son llamados “aquellos que están unidos con la causa
correcta para la Iluminación”, y permanecen entre aquellos que pertenecen a la
familia del Tathagata.
Sin embargo, existe
gente entre aquellos que pertenecen al grupo de los que no poseen
determinación, cuya capacidad para la bondad es débil, y cuyas impurezas, tras
haber sido acumuladas desde un pasado remoto, están profundamente enraizadas.
Aunque ellos también pueden encontrar a los Budas y honrarlos, ellos solo
desarrollarán la potencialidad de nacer como humanos, o como moradores de los
cielos, o como seguidores del Hinayana. Incluso si ellos llegaran a montar en
el Mahayana, a veces progresarían y a veces retrocederían debido a la
naturaleza inconsistente de su capacidad. También existen algunos que honran a
los Budas y quienes, tras haber transcurrido diez mil eones, desarrollarán una
aspiración debido a algunas circunstancias favorables. Estas circunstancias
pueden ser: la visión de las formas corporales de los Budas, el honrar a los
monjes, recibir instrucciones de los seguidores del Hinayana, o la imitación de
las aspiraciones de otros. Pero todos estos tipos de aspiración son
inconsistentes, puesto que si aquellos que las tienen se encuentran con
circunstancias desfavorables, ellos recaerán y volverán a caer en el estado de
logro de los seguidores el Hinayana.
Ahora, ¿Tras
desarrollar la aspiración a la Iluminación a través de la perfección de la fe,
qué clase de mente es desarrollada? En resumen, puede hablarse de tres clases:
1)
La primera es la
mente caracterizada por la honradez, pues medita correctamente en el principio
de la Talidad;
2)
La segunda es la
mente de profundidad, pues no hay límite para su acumulación gozosa de toda
clase de acto virtuoso.
3)
La tercera es la
mente llena de gran compasión, pues desea erradicar los sufrimientos de todos
los seres.
Pregunta: antes
se ha explicado que el Reino de la Realidad es uno, y que la esencia de los
Budas es no dual; ¿Por qué es que la gente no medita en la Talidad por su
propia identidad con ella, sino que tiene que aprender a realizar acciones
virtuosas?
Respuesta:
del mismo en que una joya preciosa es brillante y pura en su esencia, pero está
empañada por las impurezas, así sucede con el ser humano. Incluso aunque medite
en su naturaleza preciosa, a no ser que la pula utilizando diversos medios
hábiles, nunca será capaz de purificarla. El principio de Talidad dentro de los
hombres es absolutamente puro en su naturaleza esencial, pero está cubierto con
las inmensurables impurezas de los oscurecimientos. Incluso aunque un hombre
medite en la Talidad, a menos que él haga un esfuerzo para ser permeado por
ella de diversas formas utilizando los medios hábiles, ciertamente él no podrá
llegar a ser puro.
Puesto que el estado
de impureza es ilimitado e interpenetra todos los estados de existencia, es
necesario aplicar los antídotos y purificarlos por medio de la práctica de
todas las clases de acciones virtuosas. Si un hombre hace eso, él retornará
naturalmente al principio de Talidad.
Con respecto a los
medios hábiles, resumiendo, son de cuatro tipos:
·
El primero es ser
el medio fundamental que ha de ser practicado:
es decir, que un hombre medita en el hecho de que todas las cosas en su
naturaleza esencial son no nacidas, separándose de las visiones erróneas, de
forma que él ya no permanece en la existencia cíclica. Al mismo tiempo, el
medita en el hecho de que todos los fenómenos son los productos de la unión de
la causa primaria y de las causas concurrentes o condiciones, y en el hecho de
que los efectos de las acciones no se pierden nunca.
De forma acorde, el desarrolla la gran compasión,
practica todas las acciones virtuosas, y acepta y transforma a los seres con
ecuanimidad, sin entrar en el nirvana, pues él está conforme a las funciones de
la naturaleza esencial de la realidad[2],
la cual no conoce fijación.
·
El segundo es el medio hábil de abandonar lo no virtuoso:
es la práctica de desarrollar un sentido de vergüenza y arrepentimiento capaz
de frenar toda conducta no virtuosa y de impedir que esta crezca, pues uno se
va conformando a la ausencia de faltas que es la naturaleza esencial de la
Realidad.
·
El tercero es el medio hábil de incrementar la capacidad
para la virtud que ya ha sido desarrollado: es decir, un hombre debería de
ser diligente honrando y rindiendo homenaje a las Tres Joyas; y debería de
alabar, regocijarse en los Budas, y hacerles súplicas. Debido a la sinceridad
de su amor y respeto hacia las Tres Joyas, su fe se fortalecerá, y será capaz
de buscar la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación[3].
Además, al estar protegido por el Buda, el Dharma, y la Sangha, el será capaz
de eliminar los obstáculos de las malas acciones. Esta capacidad para la bondad
no sufrirá regresión porque él estará conformándose a la naturaleza esencial de
la Realidad, la cual está libre de los obstáculos producidos por la estupidez.
·
El cuarto es el medio hábil del gran voto de la salvación
universal: esto es tomar uno el voto de liberar a todos los seres, hasta el
último de ellos, sin que importe el tiempo que pueda llevar hacerlo, para hacer
que ellos alcancen el nirvana perfecto, por medio del conformarse uno mismo a
la naturaleza esencial de la Realidad, la cual está caracterizada por la
ausencia de continuidad. La naturaleza esencial de la realidad lo abarca todo,
y permea a todos los seres; es en todas partes lo mismo y es el uno sin
dualidad, no distingue esto de eso, porque desde el punto de vista del análisis
último, está en el estado de quietud.
Cuando un bodhisatva
desarrolla esta aspiración a la Iluminación a través de la fe, hasta cierto
punto, el será capaz de realizar el Dharmakaya. Debido a esta realización del
Dharmakaya, y debido a que es impulsado por la fuerza del voto que él hace de
liberar a todos los seres, el es capaz de proyectar ocho tipos de manifestación
para el beneficio de todos los seres. Estos son: 1) el descenso desde el cielo
de Tushita; 2) la entrada dentro de un vientre humano; 3) la permanencia en el
vientre; 4) el nacimiento; 5) la renunciación; 6) el logro de la Iluminación;
7) el giro de la Rueda del Dharma; y 8) la entrada en el nirvana.
Sin embargo, no
puede decirse que ese bodhisatva ha realizado perfectamente el Dharmakaya, pues
él aún no ha destruido completamente los residuos kármicos, los cuales han sido
acumulados a lo largo de vidas innumerables en el pasado. Tiene que sufrir
algún tipo de miseria leve derivada del estado de su nacimiento. No obstante,
esto no es debido a que esté aprisionado por el karma, sino que es una decisión
libremente tomada para llevar a cabo el gran voto de la liberación de todos los
seres, para comprender el sufrimiento de otros. En un Sutra se dice que hay
algunos bodhisatvas de este tipo que pueden regresar y caer en los estados
desafortunados de la existencia, pero esto no se refiere a un retroceso real.
Se dice que es solo para asustar y conmocionar el heroísmo de los bodhisatvas
principiantes quienes aún no se han unido al grupo de quienes poseen
determinación; y quienes pueden ser indolentes. Además, tan pronto como ha
surgido esta aspiración en los bodhisatvas, ellos dejan la cobardía tras ellos,
y no sienten miedo incluso de caer en el estado de los seguidores del Hinayana.
Incluso aunque ellos oigan que tienen sufrir penalidades extremas durante
innumerables eones antes de que alcancen el nirvana, ellos no sienten ningún
miedo, pues ellos creen y saben que desde el principio todos los fenómenos
están en el nirvana.
II-
La
aspiración a la Iluminación a través de la comprensión y las acciones.
Debería de
entenderse que esta clase de aspiración es incluso más excelente que la
anterior. Puesto que los bodhisatvas que quieren esta aspiración son aquellos
que están a punto de finalizar el primer periodo de eones incalculables desde
el momento en el que ellos tuvieron por primera vez la fe correcta, han llegado
a tener una comprensión profunda del principio de Talidad, y a no mantener
apego a sus realizaciones conseguidas en base al entrenamiento. Conociendo que
la naturaleza esencial de la Realidad está libre de tacañería, en conformidad
con ello, se aplican en la perfección de
la generosidad. Conociendo que la naturaleza esencial de la Realidad está
libre de impurezas, las cuales se originan debido a los deseos de los cinco
sentidos, en conformidad con ello, se aplican en la perfección de la moralidad. Conociendo que la naturaleza esencial
de la Realidad está libre de sufrimiento, y libre de enfado y deseo, en
conformidad con ello, se aplican en la perfección de la paciencia. Conociendo
que la naturaleza esencial de la Realidad no tiene ninguna distinción entre
cuerpo y mente, y está libre de la indolencia, en conformidad con ello, se
aplican en la perfección del esfuerzo
gozoso. Conociendo que la naturaleza esencial de la Realidad es siempre
calma y libre de confusión, en conformidad con ello, se aplican en la perfección de la concentración. Conociendo
que la naturaleza esencial de la Realidad siempre está caracterizada por la
sabiduría y que está libre de ignorancia, en conformidad con ello, se aplican
en la perfección de la sabiduría.
III-
La
aspiración a la Iluminación a través de la visión penetrante.
En cuanto a los
bodhisatvas de este grupo, quienes van desde el estado de corazón puro, hasta
el estado de bodhisatva, ¿Qué objeto realizan?
Ellos realizan la
Talidad. Nosotros hablamos de ello como si fuera un objeto debido la mente que
se decanta, pero de hecho en esta realización no hay un objeto que pueda ser
establecido en términos de una relación sujeto-objeto. Solo existe la visión
penetrante dentro de la Talidad que transciende a quien ve y lo visto; nosotros
llamamos a esto la experiencia del Dharmakaya. Los bodhisatvas de este grupo
pueden, en un solo instante de pensamiento, desplazarse a todos los mundos del
universo, honrar a los Budas, y pedirles que giren la Rueda del Dharma.
Para guiar y
beneficiar a todos los hombres, ellos no confían en las palabras. A veces, para
beneficiar a los hombres con poca voluntad, ellos muestran cómo obtener
rápidamente la Perfecta Iluminación saltando los niveles del bodhisatva. Y a
veces, para beneficio de los hombres indolentes, ellos dicen que los hombres
pueden alcanzar la Iluminación al final de numerosos eones. Así, ellos son
capaces de mostrar innumerables medios hábiles y proezas más allá de la razón.
Pero en realidad todos estos bodhisatvas son lo mismo en que son iguales en su
linaje, su capacidad, su aspiración, y su realización de la Talidad; por
consiguiente, no existe tal cosa como el saltar sobre los niveles del
bodhisatva, pues todos los bodhisatvas tienen que pasar a través de los tres
eones interminables antes de que ellos puedan alcanzar la Iluminación completa.
Sin embargo, debido a las diferencias en los diversos seres, también hay formas
diferentes de enseñarles qué es lo que hay que practicar.
Las características
de la aspiración a la Iluminación mantenida por un bodhisatva perteneciente a
este grupo pueden ser identificadas en términos de los tres modos de mente
sutil:
·
La primera es la
mente de verdad, pues está libre de la discriminación intelectual falsa.
·
La segunda es la
mente capaz de aplicar los medios hábiles, pues permea todo espontáneamente y
beneficia a los seres.
·
La tercera es la
mente sujeta a la influencia del karma que opera en la subconsciencia, pues
aparece y desaparece de las formas más sutiles.
Además, un
bodhisatva de este grupo, cuando lleva sus cualidades excelentes a la
perfección, se manifiesta en el Cielo de Akanistha[4]
como el ser más elevado del mundo. A través de la sabiduría unida con la
Iluminación primordial de la Talidad, en un instante de pensamiento, él
extingue de repente la ignorancia. Entonces él es llamado “quien ha obtenido el
conocimiento de todo”[5].
Realizando actos más allá de lo racional de forma espontánea, el puede
manifestarse en todo el universo, y beneficiar a todos los seres.
Pregunta: Puesto
que el espacio es infinito, los mundos también son infinitos. Puesto que los
mundos son infinitos, los seres son infinitos. Puesto que los seres son
infinitos, la diversidad de sus mentalidades también tiene que ser infinita.
Por lo tanto, los objetos de los sentidos y los mentales tienen que ser
ilimitados, y resulta difícil conocerlos y comprenderlos a todos ellos. Si es
destruida la ignorancia, no habrá pensamientos en la mente. Entonces, ¿Cómo
puede una comprensión que no tiene contenido ser llamada “conocimiento de
todo”?
Respuesta:
Todos los objetos son originalmente Solo Mente, están más allá del pensamiento
que determina. Puesto que la gente no iluminada percibe los objetos en su
ilusión, ellos imponen limitaciones en sus mentes. Puesto que ellos desarrollan
erróneamente esos pensamientos que determinan, los cuales no se corresponden a
la Realidad[6], son
incapaces de alcanzar ninguna comprensión inclusiva. Los Budas, los Tathagatas,
están libres de todas las visiones distorsionadas y pensamientos que bloquean
la visión correcta; por lo tanto, no existen rincones dentro de los cuales no
penetre su comprensión. Su mente es verdadera y real, por lo tanto no es
distinta de la naturaleza esencial de todas las cosas.
Los Budas, debido a
su naturaleza, pueden arrojar luz sobre todos los objetos concebidos en la
Ilusión. Están dotados con la influencia de la gran sabiduría que funciona como
la aplicación de innumerables medios hábiles. Acomodándose a la capacidad de
comprensión de los diversos seres, ellos pueden revelarles los múltiples
significados del Dharma. Esta es la razón de que ellos puedan ser llamados aquellos
que tienen el conocimiento de todo.
Pregunta: Si
los Budas son capaces de realizar actos espontáneos, manifestarse en todas
partes, y beneficiar a los seres, entonces los seres deberían de ser capaces
obtener beneficios por medio de ver sus formas físicas, por ser testigos de sus
milagros, o por oír sus exposiciones. ¿Por qué es entonces que la inmensa mayor
parte de la gente de este mundo es incapaz de ver a los Budas?
Respuesta:
El Dharmakaya de todos los Budas, siendo uno y el mismo en todas partes, es
omnipresente. Puesto que los Budas están libres de toda fijación de
pensamiento, se dice que sus actos son espontáneos. Ellos se revelan de acuerdo
con las mentalidades de los diversos seres. La mente de los seres es como un
espejo. Lo mismo que un espejo no puede reflejar imágenes si está cubierto de
suciedad, así el Dharmakaya no puede aparecer en la mente del ser si está
manchada con la suciedad de las impurezas.
CUARTA PARTE: Sobre la fe y la práctica.
Una vez que ya se ha
tratado la interpretación, ahora presentaremos una discusión sobre la fe y la
práctica. Esta discusión está dirigida a aquellos que aún no se han unido al
grupo de quienes están determinados a alcanzar la Iluminación.
A. Sobre
las cuatro fes.
Pregunta:
¿Qué clase de fe debería de tener un hombre, y cómo debería de practicarla?
Respuesta:
En resumen, existen cuatro clases de fe:
·
La primera es la fe en la Fuente Última: debido a esta fe
un hombre llega a meditar con alegría en el principio de Talidad.
·
La segunda es la fe en las numerosas cualidades de los Budas:
debido a esta fe un hombre llega a meditar siempre en ellos, a estar siempre
cerca de ellos, a honrarlos y respetarlos, desarrollando su capacidad para la
bondad, y buscando la omnisciencia.
·
La tercera es la
fe en los grandes beneficios del Dharma:
debido a esta fe un hombre llega a recordar constantemente y a practicar los
diversos entrenamientos que conducen a la Iluminación.
·
La cuarta es la fe en la Sangha: debido a esta fe un
hombre llega a aproximarse constantemente y con alegría a la asamblea de
bodhisatvas, y busca instrucción de ellos con respecto a la práctica correcta.
B. Sobre
las cinco prácticas.
Existen cinco formas
de práctica, las cuales harán posible que un hombre perfeccione su fe. Son las
prácticas de la generosidad, de la observación de los preceptos morales, de la
paciencia, del esfuerzo, y la cesación de las ilusiones y la observación clara.
Pregunta:
¿Cómo debería de practicar un hombre la generosidad?
Respuesta:
Si ve a alguien que viene hacia él mendigando, el debería de darle su riqueza y
otras cosas en posesión suya en la medida de sus posibilidades; así, mientras
se está liberando de la codicia y avaricia, hace que el mendigo esté lleno de
alegría. O en el caso de que vea a alguien en dificultades, con miedo, o en un
peligro grave, el debería de acuerdo a su habilidad y comprensión, explicárselo
por medio del uso de los medios hábiles. En haciendo eso, no obstante, no
debería de esperar ninguna fama, ganancia material, o respeto, sino que debería
de pensar en beneficiarse a sí mismo y a los demás por igual, y extender el
mérito de ha obtenido de la práctica de la generosidad para alcanzar la
Iluminación.
Pregunta:
¿Cómo debería de practicar la observancia
de los preceptos morales?
Respuesta:
El no mata, no roba, no mantiene relaciones sexuales incorrectas; no miente, no
calumnia, no insulta, o habla en demasía. El también está libre de codicia, de
envidia, de fullerías, engaños, zalamerías, chanchullos, enfado, odio, y
visiones perversas. Si es un monje o una monja que ha renunciado a la vida en
familia, para cortar y suprimir las impurezas, también debería guardarse del
bullicio y el ajetreo del mundo, y residir siempre en soledad; debería de
aprender a contentarse teniendo pocos deseos, y debería de practicar fuertes
disciplinas ascéticas. El debería de estar aterrorizado y lleno de pavor ante
cualquier falta, aún siendo muy leve, y debería de sentir vergüenza y
arrepentimiento. El no debería de tomar a
la ligera ninguno de los preceptos instituidos por el Tathagata. El
debería de guardarse de la difamación y de mostrar disgusto de forma que no
provoque en la gente, en su engaño, a cometer ninguna ofensa o falta.
Pregunta:
¿Cómo debería de practicar la paciencia?
Respuesta: El
debería de ser paciente con los actos vejatorios de otros, y no debería de
alimentar pensamientos de venganza; y también debería de ser paciente en temas
de ganancia o pérdida, honor y deshonor, alabanza o crítica, sufrimiento o
alegría[7].
Pregunta:
¿Cómo debería de practicar el esfuerzo?
Respuesta:
El no debería de ser perezoso a la hora de hacer el bien, debería de ser firme
en sus resoluciones, y debería de depurar en él la cobardía. El debería de
recordar que desde tiempos remotos en el pasado ha sido atormentado en vano por
los grandes sufrimientos de cuerpo y mente. Debido a esto, debería de practicar
con diligencia diversos actos meritorios, beneficiarse a sí mismo y a los
otros, y liberarse rápidamente del sufrimiento.
Incluso si una
persona practica la fe, debido a que está gravemente obstaculizado por el mal
karma derivado de las graves transgresiones cometidas en vidas previas, el
puede tener muchos problemas al estar acosado por Mara y sus demonios, o estar
enmarañado en toda clase de asuntos mundanos, o afligido por el sufrimiento de
la enfermedad. Existen una gran cantidad de obstáculos de este tipo. Por
consiguiente, el debería de mostrar coraje y esfuerzo, y en cada uno de los
seis intervalos de cuatro horas, del día y de la noche, debería de rendir
homenaje a los Budas, arrepentirse de todo corazón, suplicar a los Budas que lo
guíen, regocijarse en la felicidad de otros, y dedicar todos los méritos
adquiridos de este modo a la realización de la Iluminación. Si él no abandona
nunca estas prácticas, será capaz de evitar los diversos obstáculos según se va
incrementando su capacidad para la virtud.
Pregunta:
¿Cómo debería de practicar la cesación y
la observación clara?
Respuesta:
Lo que es llamado “cesación” es poner fin a todas las características[8]
del mundo de los objetos de los sentidos y de los objetos mentales; porque esto
significa seguir el método de meditación de la calma mental[9].
Lo que es llamado “observación clara” significa percibir distintamente las
características de la causalidad de los fenómenos condicionados, porque esto
significa seguir el método de meditación analítica.[10]
Pregunta:
¿Cómo debería de seguirlas?
Respuesta:
Debería de practicar paso a paso estos dos aspectos, y no separar uno de otro,
pues solo entonces ambos aspectos estarán perfectos.
1)
La práctica
de la cesación.
Allí debería de
haber una persona que desea practicar la cesación; debería de residir en un
lugar tranquilo, y sentarse con la espalda erguida, estando sereno. Su atención
no debería de estar enfocada en la respiración, ni en ninguna forma o color, ni
en el espacio vacío, tierra, agua, fuego, viento, o incluso en lo que ha sido
visto, oído, recordado, o concebido. Todos los pensamientos, tan pronto como
son conjurados para surgir, han de ser descartados, e incluso el pensamiento de
descartarlos ha de ser abandonado, pues todas las cosas están esencialmente en
el estado de transcendencia del pensamiento, y no son creados de momento a
momento, ni se extinguen de momento a momento; así pues, uno está conforme a la
esencia natural de la Realidad a través de esta práctica de la cesación. Y no
es que el debiera de meditar primero en los objetos de los sentidos del mundo
externo, y entonces negarlos con su mente, la mente que ha meditado en ellos.
Si la mente se aparta, debería de ser traída de nuevo y fijada en el pensamiento
correcto. Debería de entenderse que este pensamiento correcto es el pensamiento
de que todo lo que es, es solo mente; y que no existe el mundo de los objetos
externos tal como es concebido; e incluso esa mente está carente de cualquier
marca de sí misma, que pudiera indicar su substancia, y por lo tanto no es
concebible como tal en ningún momento.
Incluso si él se
levanta de esta posición sentada, y se involucra en otras actividades tales
como ir, venir, avanzar, o permanecer quieto de pie, él siempre debería de
tener presente la aplicación de los medios hábiles para perfeccionar la
cesación, conforme al principio inmóvil de la naturaleza esencial de la
Realidad; y observar y examinar las experiencias resultantes. Cuando este
entrenamiento ya está bien dominado después de un prolongado periodo de
práctica, las ideaciones de esta mente pararán. Debido a esto, su poder de
ejecutar la cesación irá intensificándose gradualmente, y llegará a ser
altamente efectivo, de forma que se conformará a la Talidad, y será capaz de
estar absorto dentro de la absorción meditativa de la Talidad. Entonces sus
impurezas, sin que importe lo profundamente arraigadas que puedan estar, serán
suprimidas y su fe fortalecida; el obtendrá rápidamente el estado en el cual no
habrá retroceso. Pero aquellos que son escépticos, que carecen de fe, que
hablan mal de las enseñanzas del Buda, quienes han cometido transgresiones
graves[11],
quienes están obstaculizados por su mal karma, o quienes son arrogantes o
indolentes, serán excluidos; estas personas son incapaces de permanecer
absortas en la concentración de la Talidad.
Más tarde, como un
resultado de esta absorción meditativa, un hombre realiza la unidad del Reino
de la Realidad[12], esto
es, la igualdad de todo y la no dualidad del Cuerpo de la Verdad[13]
de todos los Budas y los cuerpos de los seres. Esto es llamado la Absorción
meditativa de un movimiento. Debería de entenderse que esta absorción
meditativa de la Talidad es la base de todas las demás absorciones; si un
hombre sigue practicándolo, entonces gradualmente será capaz de desarrollar
incontables tipos de absorciones meditativas distintas. Si hay una persona que
carece de capacidad para la bondad, el será confundido por el mal carácter, los
heréticos, y los demonios. A veces estos seres aparecerán bajo formas
espantosas mientras él está sentado en meditación, y otras veces se
manifestarán con las formas de hombres y mujeres atractivos. En ese caso, él
debería de meditar en el principio de Solo Mente, y entonces todos estos objetos
se desvanecerán y no le causarán más problemas. A veces pueden aparecer como
las imágenes de seres celestiales o de bodhisatvas, y también pueden asumir la
figura del Tathagata, adornada con las marcas mayores y menores; o pueden
exponer los mantras o predicar la generosidad, los preceptos morales, la
paciencia, esfuerzo gozoso, concentración, y sabiduría; o pueden tratar de hacer
discursos sobre como el nirvana verdadero es el estado de vacuidad universal, o
de la no existencia de las características, votos, odios, apegos, causas, y
efectos; y de la nada absoluta. Ellos también pueden enseñarle el conocimiento
de sus propias vidas pasadas y de los estados de existencia futuros; el método
para leer en la mente de otros hombres; y para dominar perfectamente la
elocuencia, haciendo que sean codiciosos y apegados a la fama y las ganancias
mundanas; o pueden causarle estar movido frecuentemente a la alegría y el
enfado, y tener así un carácter inestable, siendo a veces muy amable, estando
muy adormilado, muy enfermo, o con pereza mental; o en otras ocasiones siendo
muy celoso de repente, y después dejándose caer en la negligencia; o
desarrollando una falta de fe, gran cantidad de dudas, y una gran cantidad de
ansiedad; o abandonando sus prácticas excelentes fundamentales hacia la
perfección religiosa y dedicándose a actos religiosos de todo tipo; o estado
apegado a los asuntos mundanos los cuales lo atrapan de diversas formas; o a
veces ellos pueden hacerle experimentar una cierta apariencia de diversos tipos
de absorción meditativa, los cuales son todos realizaciones de los heréticos y
no son la verdadera absorción meditativa; o a veces ellos pueden causar que él
permanezca en absorción meditativa durante uno, dos, tres, y hasta siete días,
sintiendo confort en su cuerpo y alegría en su mente, no estando ni hambriento
ni sediento, ingiriendo bebidas y comidas
naturales, fragantes, y deliciosas, las cuales inducen a incrementar su
apego a ellas; o a veces pueden hacer que coma sin ningún control, a veces
grandes cantidades, a veces solo un poco, de forma que el color de su cara
cambia de forma acorde. Por estas razones, quien practica la cesación debería
de ser discreto y observante, impidiendo que su mente caiga en red de las malas
doctrinas.
El debería de ser diligente
en su permanencia en el pensamiento correcto, no agarrándose ni apegándose a
nada; si lo hace así, él será capaz de permanecer alejado de los obstáculos que
representan estas malas influencias. El debería de saber que la absorción
meditativa de los heréticos no está libre de las visiones corrompidas, del
anhelo, y de la arrogancia, pues los heréticos están codiciosamente apegados a
la fama, las ganancias, y el respeto del mundo. La absorción de la Talidad es
la absorción meditativa en el cual uno no es detenido por la actividad de estar
viendo un sujeto, ni por la experiencia de objetos en medio de la meditación, e
incluso tras la concentración uno no será ni indolente ni arrogante, y las
impurezas de uno decrecerán gradualmente. Nunca se ha dado el caso de que
ninguna persona ordinaria, sin haber practicado esta concentración, haya sido
capaz de unirse al grupo de aquellos que han sido profetizados para convertirse
en Tathagatas. Aquellos que practican diversos tipos de concentración y de
absorciones meditativas que son populares en el mundo, desarrollarán mucho
apego a los Tres Reinos debido su visión corrompida de que el ego es real. Son
por tanto lo mismo que los heréticos, pues como ellos se han apartado de la
protección de sus buenos amigos espirituales, caen en las visiones heréticas.
Más tarde, quien ha
practicado diligentemente y de todo corazón esta absorción, ganará las diez clases
de ventajas en esta vida:
·
Primera: los
Budas y los bodhisatvas de las diez direcciones lo protegerán siempre.
·
Segunda: Mara y
sus demonios no lo aterrorizarán.
·
Tercera: el no
será engañado o confundido por las noventa y cinco clases de heréticos y de
malos espíritus.
·
Cuarta: el
evitará difamar las enseñanzas profundas del Buda, y gradualmente disminuirá
los obstáculos derivados de las transgresiones graves.
·
Quinta: el destruirá todas las dudas y
visiones erróneas sobre la Iluminación.
·
Sexta: Su fe en
el Reino del Tathagata se incrementará.
·
Séptima: estará
libre de pesar y de remordimiento, y en medio de la existencia cíclica él estará
lleno de vigor y e impávido.
·
Octava: al poseer
un corazón amable y olvidar la arrogancia, no será vejado por otros.
·
Novena: incluso
aunque no haya experimentado la absorción meditativa, el será capaz de
disminuir sus impurezas en todos los lugares y en todos los tiempos, y no
encontrará placer en el mundo.
·
Décima: si el
experimenta la absorción meditativa, el no será molestado por ningún ruido
externo.
Ahora, si él
practica solo la cesación, entonces su mente se hundirá en la autocomplacencia,
y será vaga; no se deleitará en realizar acciones virtuosas sino que
permanecerá alejado de la práctica de la gran compasión. Por consiguiente, es
necesario practicar también la realización clara.
1.
La
práctica de la realización clara.
El practicante de la
realización clara debería de observar que todos los fenómenos condicionados en
el mundo son impermanentes y que están sujetos a la transformación y
destrucción instantánea; que todas las actividades de la mente surgen y se
extinguen momento a momento; y que, por lo tanto, todo ello induce sufrimiento.
El debería de observar que todo lo que ha sido concebido en el pasado fue tan
ilusorio como un sueño; que todo lo que está siendo concebido en el presente es
como el destello de un relámpago; y que todo lo que será concebido en el futuro
será como las nubes que aparecen de repente.
También debería de
observar que las existencias físicas de todos los seres vivos en este mundo son
impuras, y que entre estas diversas cosas sucias no hay ni tan siquiera una que
pudiera ser codiciada con alegría.
El debería de
reflexionar de la siguiente forma: “Todos los seres, desde un tiempo sin
principio, debido a que están permeados por la ignorancia, han permitido que su
mente siga en la existencia cíclica; ellos ya han padecido todas las grandes
miserias del cuerpo y mente; en el presente están bajo una incalculable
presión y obligación; y también en el
futuro sus sufrimientos serán ilimitados. Estos sufrimientos son difíciles de
abandonar, difíciles de evitar, y sin embargo estos seres son inconscientes de
que se encuentran en ese estado; por esto, ellos son dignos de compasión.”
Después de haber
reflexionado de esta forma, el debería de armarse de coraje y hacer un gran
voto a este efecto: “¡Que pueda mi mente estar libre de discriminaciones, de
forma que yo pueda practicar todos los actos meritorios en cualquier parte de
las diez direcciones; que pueda yo, hasta el fin de los tiempos, por medio de
aplicar los ilimitados medios hábiles, ayudar a todos los seres que sufren, de
forma que ellos puedan alcanzar el gozo del nirvana, el fin último.”
Tras haber hecho
este voto, de acuerdo con su capacidad y sin vacilación, el tiene que practicar
todo tipo de acto virtuoso en todo tiempo y lugar, y no ser de mente perezosa.
Excepto cuando está sentado en concentración en la práctica de cesación, el
debería de reflexionar siempre en aquello que debe de ser hecho y en lo que
debe de ser abandonado. Tanto que esté caminando, de pie, sentado, acostado, o
levantándose, el debería de practicar ambas, la cesación y la observación
clara, lado a lado. Es decir, que él está meditando en el hecho de que todas
las cosas son no nacidas en su naturaleza primordial; pero al mismo tiempo él
está meditando en el hecho de que las acciones buenas y malas, producidas por
la combinación de la causa primaria y de las causas concurrentes o condiciones,
y las retribuciones de las acciones en términos de placer, sufrimiento, y
demás, nunca se pierden ni son destruidas. Aunque el está meditando en la
retribución de las acciones virtuosas y no virtuosas producidas por la causa
primaria y las condiciones, el también está meditando en el hecho de que la
naturaleza esencial de las cosas no puede ser alcanzada por medio del análisis
intelectual.
La práctica de la
cesación posibilitará que las personas ordinarias se curen de sus apegos al
mundo, y hará posible que los seguidores del Hinayana abandonen sus visiones,
las cuales derivan de la cobardía.
La práctica de la
observación clara curará a los seguidores del Hinayana de la falta de tener
unas mentes estrechas e inferiores, las cuales no encarnan la gran compasión; y
liberará a las personas ordinarias de su incapacidad para cultivar la bondad.
Por estas razones,
ambas, cesación y observación clara, son complementarias e inseparables. Si las
dos no son practicadas juntas, entonces uno no puede entrar en el sendero a la
Iluminación. Además, supón que hay una persona que aprende esta enseñanza por
primera vez, y que desea buscar la fe correcta, pero que carece de coraje y de
fuerza. Puesto que vive en este mundo de sufrimiento, teme que no siempre será
capaz de encontrar a los Budas y honrarlos personalmente, y que al ser difícil
perfeccionar la fe, estará inclinada a volver a caer. Debería de saber que los
Tathagatas tienen unos medios hábiles excelentes por medio de los cuales ellos
pueden proteger su fe: esto es, a través de la fuerza de la meditación sincera
en el Buda, en cumplimiento de sus deseos, será capaz de renacer en un Campo de
Buda[14],
ver siempre a los Budas, no estar separado por siempre de los estados
desafortunados de la existencia. Es como dice el Sutra: “Si un hombre medita
sinceramente en el Buda Amitabha, en el mundo del Paraíso Occidental, y desea
renacer en ese mundo, dirigiendo todas las raíces de virtud que ha reunido
hacia ese fin, entonces renacerá allí.”
Puesto que siempre
verá al Buda, el nunca volverá a caer. Si el medita en el Dharmakaya, la
Talidad del Buda, y sigue practicando con diligencia la meditación, al final
será capaz de nacer allí, porque el permanece en la absorción meditativa
correcta.
PARTE QUINTA: Animando a practicar, y los
beneficios que se derivan de ello.
Como ya ha sido
explicado en las secciones precedentes, el Mahayana es el tesoro secreto de los
Budas. Si hubiera un hombre que desea obtener fe en el profundo Reino del
Tathagata y entrar en el sendero del Mahayana, apartándose de toda difamación
de la enseñanza del Buda, debería de coger este tratado, deliberar sobre él, y
practicarlo; al final él será capaz de alcanzar la Insuperable, Perfecta, y
Completa Iluminación. Si un hombre, tras haber oído esta enseñanza, no siente
ningún miedo o debilidad, debería de saberse que ese hombre está seguro de
seguir el linaje del Buda, y de recibir la predicción del Buda de que alcanzará
la Iluminación.
Incluso si un hombre
fuera capaz de reformar a todos los seres a través de todos los sistemas de
mundos del universo y llevarlos a practicar las diez acciones virtuosas, el aún
no sería superior a aquel hombre que reflexiona correctamente sobre esta
enseñanza, incluso si lo hace solo durante el tiempo que lleva hacer una
comida, pues las cualidades excelentes que el último es capaz de conseguir son
incomparablemente superiores a las que puede obtener el anterior. Si un hombre
coge este tratado y reflexiona sobre él, y practica las enseñanzas contenidas
en él tan solo durante un día y una noche, las cualidades excelentes que
obtendrá serán ilimitadas e indescriptibles. Incluso si todos los Budas de las
diez direcciones alabaran estas cualidades excelentes durante periodos
incalculables de tiempo, ellos nunca alcanzarían el fin de sus alabanzas, pues
las cualidades excelentes de la Realidad son infinitas, y las excelencias
ganadas por este hombre, de acuerdo a ello, será ilimitadas.
Sin embargo, si hay
un hombre que difama y no cree en este tratado, el sufrirá durante un número
incalculable de eones debido a su falta. Por lo tanto, todo el mundo debería de
creer reverentemente en él, y no calumniarlo; pues la difamación y la falta de
fe dañarán gravemente a uno y a los
demás, y llevará a la destrucción del linaje de las Tres Joyas.
A través de esta
enseñanza todos los Tathagatas han ganado el nirvana, y a través de su práctica
todos los bodhisatvas han obtenido la sabiduría de un Buda. Debería de ser
conocido que fue por medio de esta enseñanza como los bodhisatvas del pasado
fueron capaces de perfeccionar su fe pura; que es por medio de esta enseñanza
por la que los bodhisatvas del presente están perfeccionando su fe pura; y que
es por medio de esta enseñanza por la que los bodhisatvas del futuro
perfeccionarán su fe pura. Por lo tanto los hombres deberían de estudiarla
diligentemente, y practicarla.
COLOFÓN:
Los grandes principios del Buda son profundos y
comprensibles, los cuales yo ahora he resumido tan fielmente como ha sido
posible. ¡Que puedan cualesquiera que sean las cualidades excelentes que yo
haya logrado en base a este esfuerzo de acuerdo con la Realidad, ser extendidas
para beneficio de todos los seres!
Traducido al
castellano y anotado por el ignorante y falto de devoción, upasaka Losang
Gyatso. Gracias a Mari Carmen por su ayuda con las lecturas de este tratado.
Editado a 10/08/2017.
[1] Son las
tres acciones del cuerpo: no matar, no robar, abstenerse de mantener una conducta sexual incorrecta; las cuatro del habla: no mentir, no
calumniar, no insultar, no hablar por hablar; y las tres de la mente: no
codiciar, no albergar pensamientos maliciosos, y no tener visiones erróneas.
[2] Dharmata.
[3] Anuttara-samyak-sambodhi.
[4] El cielo
más elevado del Reino de la Forma.
[5]
Omnisciencia.
[6] Dharmata.
[7] Esto es,
estar libre de los ocho intereses mundanos.
[8] Lakshana.
[9] Samatha.
[10] Vipashyana.
[11] Quienes
han cometido alguna de las cinco faltas con retribución inmediata: matar a la
madre, matar al padre, matar a un Arhat, hacer sangre intencionadamente a un
Buda, y causar división en la Sangha.
[12] Dharmadhatu.
[13] Dharmakaya.
[14] Buddha-ksetra.
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