A)
Pasaje introductorio tomado de las
escrituras.
Cierta vez, hace mucho
tiempo, el Buda estaba residiendo en el bosque de bambú de Karanda Veruvana,
junto con toda la gran asamblea, la cual estaba reunida junta, conformando una
multitud incontable. En aquel tiempo, puesto que el Bhagavan estaba explicando
secuencialmente el buen Dharma, dijo a todos en la gran asamblea:
“Los fenómenos proclamados por
el Tathagata carecen todos de existencia inherente, son vacíos, y dentro de
ellos no hay nada que exista.”
1.
Explicación del concepto de “vacuidad” y “carencia de signos.”
Esto es algo en lo cual
todos los habitantes del mundo encuentran dificultad para creerlo, o para
comprenderlo. ¿Cómo es esto? Con respecto al agregado de la forma, no hay
ningún estado de existencia atado, ni ningún estado de existencia liberado. Las
sensaciones, percepciones, las formaciones kármicas, y la consciencia también
son así, pues en ellas no hay ningún estado de existencia atado, ni ningún
estado de existencia liberado.
La forma está carente de
todo signo característico, y existe aparte de todo signo característico. Las
sensaciones, percepciones, formaciones kármicas, y consciencia, igualmente,
están carentes de todo signo característico, y existen aparte de todo signo
característico.
La forma está carente de
todo pensamiento imputando su existencia, y existe aparte de todo pensamiento.
Las sensaciones, percepciones, formaciones kármicas, y consciencia, igualmente,
están carentes de todo pensamiento imputando su existencia, y existen aparte de
todo pensamiento.
Lo mismo es verdad para el
ojo y las formas visuales, para el oído y los sonidos, la nariz y los olores,
la lengua y los sabores, el cuerpo y lo tangible, y la mente y los objetos de
la mente.
No hay aprehensión, y no
hay abandono. No hay pureza, y no hay impureza. No hay ir, y no hay venir. No
hay “mirar hacia”, no hay “volverse”. No hay oscuridad, y no hay claridad. No
hay engaño, y no hay sabiduría. Ni tampoco se da el caso de que exista “esta
orilla”, ni ninguna “otra orilla”, ni “permanecer en la corriente del rio del
sufrimiento”. Esto es lo que significa “no existencia de ningún estado de
existencia atado.”
Porque en estos fenómenos
no hay ningún estado de existencia atado, son vacíos de toda existencia
inherente. “Vacuidad de existencia inherente” es una referencia a la “carencia
de signos.” E incluso la “carencia de signos” es vacía. Esto es lo que quiere
decirse por “vacuidad.”
La “vacuidad” es también
una referencia a la ausencia de todo pensamiento imputando existencia. La
ausencia de todo pensamiento imputando existencia, también es vacío. Esto
también es lo que quiere decirse por “vacuidad.”
Todo pensamiento
concibiendo la “vacuidad” es vacío. Esto también es lo que quiere decirse por “vacuidad.”
En la vacuidad, no existe
el bien ni el mal, y demás; hasta el punto de que tampoco existe ningún signo
característico de la vacuidad.
Es sobre la base de esto
que uno habla de “vacuidad.” Si un bodhisatva conoce la naturaleza de los
agregados, las facultades de los sentidos, y las esferas de los sentidos de
esta forma, él inmediatamente evita caer en cualquier tipo de aferramiento.
Esto es lo que lo cualifica como “paciente con respecto a los fenómenos.”
Puesto que el bodhisatva ha
realizado este tipo de paciencia, es capaz de desarrollar esa paciencia
auténtica que es ganada en el momento en el que recibe su predicción de la
futura budeidad.
2.
Una analogía comprensible.
Hijos del Buda, utilizando
una analogía: suponed que hubiera un bodhisatva que, mirando hacia arriba, se
pone a escribir en el cielo semejante al espacio vacío, y entonces pone por
escrito todas las doce categorías de las enseñanzas expuestas por el Tathagata.
Suponed entonces que pasaron incontables eones en los que el Dharma del Buda
estaba tan completamente desaparecido que las personas que buscaban el Dharma
no encontraban ningún vestigio de él, que pudiera ser visto o escuchado.
Suponed entonces que los
seres llegaron a estar tan afectados por las visiones invertidas, que crearon una
cantidad ilimitada de mal karma, cuando allí llegó un hombre sabio que provenía
de otra región, y quien sintiendo pena de esos seres, buscó por todas partes el
Dharma del Buda. Después, suponed que, habiendo viajado a este lugar, él
observó las palabras escritas en el cielo, y dándose cuenta de que la escritura
de esos textos era particularmente clara, las entendió inmediatamente, las
estudió, las recitó, las preservó, las cultivó de acuerdo a la forma en la que
fue enseñado, las expuso ampliamente, hizo distinciones detalladas atendiendo a
su significado, y haciéndolo de tal forma que así benefició a esos seres.
Y con respecto a estos
escritos en el cielo vacío, y a esta persona que reconoció las palabras
escritas en el cielo semejante al espacio, ¿Pueden esas cosas ser concebidas o
descritas? Y sin embargo tuvo éxito en proclamar esas enseñanzas, difundirlas,
cultivarlas, preservarlas, utilizarlas para guiar a los seres, y usarlas para
inducir a los seres a abandonar los grilletes que los tenían aprisionados.
Hijos del Buda, el
Tathagata ha dicho que en ese tiempo del pasado, él buscó el sendero hacia la
Iluminación y tuvo éxito en encontrar a los Budas, en un número de treinta y
cinco mil kotis, más noventa y nueve mil. Durante ese tiempo, siempre era un
rey sabio que giraba la rueda del Dharma[1], quien
utilizaba todas las formas de causas para propiciar la felicidad, haciendo
ofrendas a esos Budas y a las asambleas de sus discípulos. No obstante, puesto
que mantuvo el concepto de algo que pudiera ser ganado, él no tuvo entonces
éxito en recibir la predicción de su futura iluminación,
Subsecuentemente, él
encontró posteriormente ochenta y cuatro mil kotis, más noventa mil
Realizadores Solitarios. En este caso, el también hizo ofrendas de los cuatro
requisitos hasta el fin de cada una de sus vidas.
Después de que esto hubiera
pasado, posteriormente el encontró a seis millones doscientos uno mil
doscientos sesenta y un Budas. A lo largo de ese tiempo, en todos los casos fue
un rey que giraba la rueda del Dharma, y quien utilizaba todas formas de causas
para propiciar la felicidad, haciendo ofrendas. Después de que cada uno de los
Budas hubo entrado en el Parinirvana, él erigió estupas hechas de las siete
substancias preciosas, he hizo ofrendas a sus reliquias. Entonces, siempre que el
próximo Buda se manifestó en el mundo, él le daba respetuosamente la
bienvenida, y animándolo, le pedía que girara la Rueda del buen Dharma. Con
este mismo espíritu, continuó haciendo ofrendas a cientos de miles de miríadas
de kotis de Budas.
Todos estos Tathagatas,
incluso en el medio de los fenómenos vacíos, describieron los signos
característicos de los fenómenos. Debido a mantener el concepto de algo que
puede ser ganado, durante todo ese tiempo él fue incapaz de recibir la
predicción de su futura budeidad. Así continuó, de la misma manera, hasta que
encontró al Buda Lámpara Ardiendo, durante el tiempo en el que ese Buda
floreció en el mundo. El encontró al Buda, escuchó el Dharma, y entonces
rápidamente realizó la paciente aceptación de la no verdadera producción de los
fenómenos. Después de haber realizado esta paciencia, entonces tuvo éxito en
recibir la predicción de su futura budeidad.
El Tathagata Lámpara
Ardiendo, incluso en medio de los fenómenos vacíos, describió los signos
característicos de los fenómenos, llevó a la liberación a incontables cientos
de miles de seres, y sin embargo no hubo
ninguna palabra que hubiera pronunciado, ni tampoco nadie que hubiera sido
llevado a la Iluminación.
Cuando el Tathagata
Sakyamuni apareció y floreció en el mundo, incluso en medio de los fenómenos
vacíos, el habló de la existencia del leguaje y de las palabras, y por ello
reveló las enseñanzas, benefició y deleitó a los seres, e hizo que esas
enseñanzas fueran universalmente aceptadas y practicadas. Aún así, no hubo nada
que fuera revelado; ni existió nadie que hubiera aceptado y practicado esas
enseñanzas. Ambos, la naturaleza y los signos característicos, en aquel tiempo,
estaban todos ellos vacíos de existencia inherente. Y también era así la
persona que los reconocía como vacíos de existencia inherente. La persona que
los explicaba también era vacía. Y también lo era cualquiera que los
comprendiera como vacíos.
A partir de su origen,
todos ellos eran vacíos. Así, también son vacíos en el futuro, y también lo son
en el presente. Pero aún así, los bodhisatvas continúan acumulando las miríadas
de clases de raíces de virtud, y esto debido al poder de su destreza en los
medios. Ellos permanecen intensamente diligentes, sin cesar en sus
acumulaciones de mérito y en su progresión hacia la realización de la
Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación.
Este es un comportamiento
extremadamente difícil, el cual es inconcebible e indescriptible. Incluso en
medio de los fenómenos no existentes, allí continúa estando la descripción de
los signos característicos de los fenómenos. Incluso en el medio de donde no
hay nada que sea ganado, uno habla de la existencia de fenómenos asociados con
la ganancia.
Las cuestiones de este tipo
son del dominio exclusivo de los Budas quienes, cuando emplean su sabiduría
incalculablemente vasta, son los únicos capaces de comprenderlas. Esto no es
algo que pueda conocerse solamente a través del pensamiento contemplativo.
B)
La paciencia basada en la fe, y su papel
en la realización de los frutos del sendero.
El bodhisatva que ha
generado hace poco el pensamiento de la Iluminación, venera la Iluminación, le gusta, y se deleita
en ella. Basado en su fe en los Sutras del Buda, gradualmente llega a ser capaz
de tener éxito en obtener la entrada en ella.
¿Qué quiere decirse por
“fe”? Equipado con la fe, cuando uno contempla las cuatro verdades, entonces
uno comienza a eliminar las aflicciones, las visiones falsas, y los grilletes,
y entonces finalmente tiene éxito al conseguir el estado de Arhat. Equipado con
la fe, cuando uno contempla las doce causas y condiciones[2], uno
comienza a eliminar la ignorancia que produce las acciones, y entonces
finalmente tiene éxito al conseguir el estado de un Realizador Solitario.
Equipado con la fe, cuando uno cultiva los cuatro inmensurables y las seis
perfecciones, uno finalmente tiene éxito al conseguir la Insuperable, Perfecta,
y Completa Iluminación. Esto es lo que se conoce como “paciencia enraizada en
la fe.”
C)
La paciencia basada en la aceptación,
desde el conocimiento parcial de la no existencia inherente.
A través de los tiempos,
ellos han discurrido en un ciclo de nacimientos y muertes sin principio,
entonces se han agarrado a las características de los fenómenos, han llegado a
estar apegados, y han dejado de percibir la naturaleza (verdadera) de los
fenómenos.
Primero, uno debería de
contemplar analíticamente a su propia persona, como estando constituida por los
cinco agregados, los cuales son falsamente designados como constituyendo un
“ser.” Aquí no hay nada de ningún tipo que esté constituyendo un “ser”, y nadie
en absoluto constituyendo un “ser.”
¿Entonces como es esto? Si
realmente hay un ser, entonces este ser debería de existir de forma
soberanamente independiente. Sin embargo, los seres están constantemente
acosados y lastimados por el nacimiento, la vejez, enfermedad, y la muerte, y
por eso no pueden ser soberanamente independientes.
Uno debería de realizar que
no existe un “yo.” La ausencia de un “yo” supone también que no existe ningún
agente en la acción. No solo no hay agente de las acciones, sino que tampoco
hay nadie que reciba las experiencias. La naturaleza de los fenómenos es pura,
acorde con la realidad, y permanece constantemente.
Cuando uno contempla
analíticamente de esta forma, pero aún no ha sido capaz de llevar esas
contemplaciones a su punto final más último, esto es lo que es conocido como
“paciencia basada en la aceptación.”
D)
La paciencia suprema gracias a la paciencia
basada en la fe, y la paciencia basada en la aceptación.
Después de que el bodhisatva
ha cultivado ambas, la paciencia basada en la fe, y la paciencia basada en la aceptación,
no pasará mucho antes de que también tenga éxito en realizar la forma más superior
de paciencia con respecto a los fenómenos.
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